Los llaman los caleros porque su familia empezó vendiendo cal, yeso y algún azulejo, los materiales que había hace un siglo. Arrancó el negocio Juan Hernández Sánchez, el abuelo de nuestros protagonistas, los cuatro primos que hoy llevan el establecimiento Material de Construcción Calero, ubicado en una nave a las afueras de Piedrahíta. En sus inicios Juan era arriero y llevaba y traía materiales y productos que luego vendían en Piedrahíta, como cal de Cáceres, aceite o sal. Luego montó una tienda y, poco a poco, fue ampliando el negocio y se fueron incorporaron los hijos. Dos de ellos, Plácido y Vicente, compraron la nave actual antes de jubilarse y dejar el negocio en manos de cuatro hijos y sobrinos, Víctor, Carlos, David y Daniel Hernández.
Nos atiende Carlos y, tras destacar que su abuelo fue un visionario, detalla que Calero vende materiales de construcción y productos de ferretería. «Aquí no se para, obra nueva se hace poca pero sí que se hacen reformas, al final estamos cerca de Madrid y hay mucha segunda residencia y el verano es temporada alta», señala. Eso sí, desde pandemia los materiales se han encarecido mucho y todo se nota.
Entre los cuatro primos se va sacando el negocio adelante, eso sí, a base de mucha dedicación y «con la suerte de que nos dejaron todo esto funcionando».
Sobre las necesidades de Piedrahíta apunta que «con que no se metieran con la gente ya era bastante, con que no pongan más trabas y dejen a la gente vivir y trabajar», porque la situación «se está volviendo insostenible». «Por ejemplo rehabilitar un edificio está muy complicado, por dinero y por la burocracia, y no hay más que dar una vuelta por el pueblo para ver que muchas casas se van a caer. Yno hablamos de los problemas de los ganaderos que viven en la zona, que son el motor de todo esto porque cuando a ellos les va bien, a nosotros nos va estupendamente, todo va unido».