Cáritas Diocesana de Ávila salía esta semana a la calle para reivindicar la labor «fundamental, pero a menudo invisible» de las empleadas del hogar. Lo hacía con motivo de la celebración el 30 de marzo del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, que este año llega con el lema 'El tiempo de ellas', con el fin de hacer referencia al trabajo silencioso y poco reconocido que desempeñan miles de mujeres en el ámbito doméstico.
La plaza de Adolfo Suárez acogía en Ávila un acto en el que un reloj de arena simbolizaba por una parte el trabajo visible y reconocido en la sociedad, mientras que, por otra, mostraba ese trabajo invisible del hogar, que permanece oculto a los ojos de muchos. DE ahí que Cáritas proponga este año «darle la vuelta» al reloj y hacer que ese trabajo invisible salga a la luz y sea valorado como corresponde.
En nuestra diócesis, a través de Cáritas, se encuentran actualmente en formación 78 personas para trabajos relacionados con el hogar. Se trata, principalmente, de formación dirigida al cuidado de personas mayores en domicilio, movilización de las personas, control de medicación, cocina adaptada a personas mayores, limpieza en el hogar... Y transversalmente se realiza formación en medio ambiente, informática básica, prevención de riesgos laborales, derechos y deberes laborales, habilidades de comunicación y psicología de las personas mayores.
Cáritas reivindica la labor de las trabajadoras del hogarY todo porque, como se recalca desde Cáritas Diocesana de Ávila, hay demanda de estos puestos de trabajo.» La necesidad de las familias es fundamentalmente para el cuidado de personas mayores en domicilio en régimen de interna», se apunta.
En 2024, a través del programa de empleo, se trabajó con 764 personas, de las cuales 420 eran mujeres. Y un alto porcentaje plantearon que podían trabajar en el empleo doméstico tanto en cuidado de niños ancianos o limpieza.
El perfil de las personas que acceden a esta formación son mujeres con edades comprendidas entre 35 y 55 años, y suelen ser de origen extranjero.
Por otra parte, Cáritas ha constatado que la precariedad de estos puestos de trabajo sigue siendo un lastre en la sociedad abulense, puesto que existe un «alto porcentaje» (cercano al 30 por ciento) de personas que trabajan sin contrato y sin estar dadas de alta en la Seguridad Social. Lo cual, además de ser un delito, es un perjuicio para su desarrollo y bienestar, denuncian.
Por todo ello,Cáritas reivindica una mejora de las condiciones laborales de las empleadas internas: reducción de la jornada laboral, ampliación de los descansos y un reconocimiento salarial justo; la clasificación profesional que distinga tareas domésticas de labores de cuidado personal; el apoyo a las personas empleadoras mediante incentivos y medidas similares a las ofrecidas en otros sectores económicos; y una mayor vigilancia por parte de la administración para garantizar el cumplimiento de la normativa laboral en el ámbito doméstico.
a nivel nacional. Las mujeres representan el 95 por ciento de los puestos de trabajo en el ámbito doméstico en España, según datos de la Seguridad Social de 2023. Y el 45 por ciento son mujeres migrantes en situación regular. A esta realidad se suma un número significativo de trabajadoras en situación administrativa irregular que no figuran en las estadísticas oficiales.
Si bien en los últimos años se han producido avances importantes, como el acceso a la prestación por desempleo y el aumento del salario mínimo interprofesional, estos progresos han supuesto también un aumento de costes para las personas empleadoras, sin que la administración haya implementado suficientes medidas de apoyo. Además, las condiciones laborales de las empleadas en régimen interno siguen siendo especialmente preocupantes, ya que muchas trabajan jornadas superiores a 40 horas semanales y permanecen disponibles 24 horas, con descansos insuficientes y sin una compensación salarial adecuada.