Se estrena el día 1 de octubre en Madrid, con la presencia entre otras personalidades del nuncio del Papa en España, Bernardito Cleopas, el documental Una carmelita en Flandes, un trabajo de «absoluto rigor histórico» que recorre la vida de la beata Ana de San Bartolomé, campesina toledana que se convirtió en la «sombra» de Teresa de Jesús hasta el punto de ser su compañera, secretaria, enfermera, confidente y la elegida para acompañarla en el momento de su muerte, y que luego fue «faro de espiritualidad en Europa».
Este documental, basado en la biografía sobre Ana de San Bartolomé que en forma de libro publicaron en 2006 Sonnia Rivas-Caballero y Belén Yuste, grandes estudiosas y divulgadoras de todo lo relacionado con la vida, la obra y la trascendencia universal de Teresa de Jesús, tiene un gran protagonismo abulense, no solamente por destacar en todo momento esa intensa relación de confianza y enriquecimiento personal que vivió la beata protagonista con la Santa abulense, sino porque también algunas escenas del mismo han sido grabadas en Ávila.
El resto de imágenes han sido tomadas en otras clausuras de carmelos españoles, franceses y belgas, además de que incluye diversas entrevistas a especialistas en la figura de Ana de San Bartolomé y termina con la solemne celebración, en la Catedral de Amberes y presidida por el obispo ante la urna de la Beata, con motivo del IV centenario de la fundación de ese histórico carmelo belga.
En su presentación en Madrid, que tendrá continuidad en otras ciudades españolas y muy probablemente llegue también a Ávila (esa es la intención de las creadoras del documental, que antes de llevar a cabo este trabajo audiovisual han realizado conferencias, exposiciones, libros y CDs de recitales teresianos grabados por RTVE-Música), también participarán el actor Manuel Galiana, narrador del documental y actor al principio y al final, Sonnia Rivas-Caballero, que aceptó «el reto» de interpretar a Ana de San Bartolomé, y Andrés Garrigó, director de Goya Producciones.
Recordó Belén Yuste que Ana de San Bartolomé nació en Almendral de la Cañada (Toledo) pero que vivió 34 intensos años en Ávila, desde que entró por primera vez en 1570 (siendo la primera hermana de velo blanco o lega que Teresa de Jesús admitió en su primer Carmelo) hasta que se va a fundar a Francia en 1604.
Cuando Ana de San Bartolomé llega a San José, el 2 de noviembre de 1570, Teresa de Jesús estaba fundando en Salamanca, pero cuando vuelve a Ávila se encuentran y parece ser que desde el minuto uno hubo una empatía enorme ellas, tanto que santa Teresa le pidió que fuera su compañera de celda, y luego cada vez que paraba en Ávila siempre quería estar con Ana.
Una fecha clave es cuando en la Navidad de 1577 la Santa regresa a San José, se cae por una escalera y se rompe el brazo izquierdo, accidente a raíz del cual Ana de San Bartolomé se convierte en su enfermera y a partir de ese momento ella siempre será la que la viste, la toca, la que hace todo lo que necesita, porque la Santa sí queda bastante invalidada. Pasa con ella esos años tan difíciles de la reforma, del 77 al 79, y cuando en 1579 ya permiten a santa Teresa volver a fundar y a salir, ya siempre irá acompañada por Ana.
Esa compañía constante se mantendrá hasta la muerte de santa Teresa, en 1582, ocurrida en Alba de Tormes, a donde había sido llamada por la duquesa de Alba y a donde acudió, por obediencia, aunque ya se sentía moribunda.