Los propietarios de pisos ya no quieren arrendar a familias

E.Carretero
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El precio del alquiler, que se ha duplicado en un lustro, y el miedo a que el inquilino pueda ser vulnerable dejan fuera del mercado a arrendatarios con menores o personas con discapacidad

Los propietarios de pisos ya no quieren arrendar a familias - Foto: Óscar Solorzano

Acceder a una vivienda de alquiler en Ávila se ha convertido de un tiempo a esta parte en un problema, y grave, para muchas personas que a la escasez de pisos suman también unos precios desorbitados e inasumibles para salarios medios y también el veto de muchos propietarios que han optado por destinar sus viviendas únicamente a alquiler temporal. Todos estos factores dejan fuera a ciertos colectivos, entre ellos familias donde hay menores de edad y personas vulnerables, que desde hace un tiempo están teniendo verdaderas dificultades para encontrar vivienda de alquiler en Ávila. Paradójicamente, apunta Tomás García, del Grupo Capitel Inmobiliario, quienes más problemas están teniendo para acceder al alquiler «son justo aquellos colectivos a los que pretendía de proteger y facilitar» el acceso a un techo digno la  Ley de Vivienda aprobada a finales del pasado año y que contempla supuestos en los que se paraliza el desahucio a causa de la condición o estado del arrendatario: la vulnerabilidad del inquilino.

«Los propietarios tienen miedo a que los inquilinos dejen de pagar y sean considerados vulnerables y a que se les atrincheren en el piso porque saben que si eso pasa al menos les va a llevar un año echarles», asegura García al hablar de un temor que muchos dueños de vivienda le trasladan cuando sacan en alquiler su piso. «Yo quiero estudiantes, y de la Escuela de Policía», asegura el responsable de Capitel que esta es una de las frases que más oye en su inmobiliaria del pequeño inversor que tiene en Ávila un piso y lo quiere alquilar. Y es que, prosigue García, estos propietarios saben que estos alquileres tienen fecha de caducidad y que los inquilinos, aunque no pudieran pagar, lo que no es habitual, una vez terminen su formación en Ávila se irán. 

«La ley ha conseguido el efecto contrario al pretendido», lamenta García que asegura que su inmobiliaria maneja un «listado larguísimo» de familias que están a la espera de poder alquilar. «Las familias lo tienen muy difícil», dice este experto que reconoce que el único problema para este perfil de inquilino no es ya solo que los propietarios no quieran alquilar a núcleos familiares donde hay menores de edad o personas con discapacidad sino que debido a la escasez de viviendas que hay en Ávila los precios del alquiler se han disparado hasta el punto de que para muchas familias, aun con dos miembros trabajando, pagar 800 euros al mes por un piso de tres habitaciones es imposible. 

«Acabo de anunciar un piso de cuatro dormitorios en la avenida de Portugal por 1.200 euros y hace cuatro o cinco años ese precio no se pagaba ni por un chalet en Las Hervencias», cuenta García como ejemplo de las dificultades que familias con un salario medio tienen para alquilar unas viviendas para las que los propietarios encuentran rápidamente inquilinos entre alumnos de la Escuela de Policía o estudiantes a los que pagar 300 euros al mes les resulta relativamente asequible. 

«lo tienen muy difícil». «Las familias lo tienen muy difícil», reconoce García, algo en lo que coincide con Josué Barrera, director de Camarasa, que reconoce que cuando un propietario saca en alquiler su vivienda en Ávila tiene prácticamente de forma inmediata «unas quince personas interesadas en alquilarla» lo que hace que el dueño pueda elegir a aquel inquilino que más garantías y confianza le ofrezca lo que, reconoce este profesional, siempre suele dejar fuera a las familias y a los colectivos vulnerables. 

«La Ley de vivienda ha radicalizado la posición de ventaja del propietario con respecto al arrendatario», reconoce Barrera que no duda en afirmar que la situación ha llegado a tal punto que los dueños de pisos se encuentran en disposición de realizar castings para elegir quién ocupará su vivienda. 

Consecuencia de la falta de vivienda derivada de que hace años que no se construye y de que el stock se ha ido vendiendo en este tiempo, y también a raíz de la Ley de Vivienda, prosigue Barrera, cada vez más propietarios optan por la modalidad de alquiler temporal. «Actualmente es la estrella», dice al hablar de este contrato de arrendamiento que su día «representaba el 20 por ciento de los alquileres y que en la actualidad prima en ocho de cada diez». Este contrato es ideal para estudiantes o trabajadores de paso y deja fuera a las familias por cuanto las mismas buscan soluciones residenciales más estables. 

«Hoy en día el propietario elige a quién quiere alquilar su vivienda» , reconoce el responsable de Camarasa que apunta que de hecho no es extraño que cada vez más los dueños de pisos exijan nóminas, vidas laborales, seguros u otra serie de documentación económica y laboral que les garantice la solvencia del futuro arrendatario. «Hay colectivos que lo están pasando fatal para encontrar vivienda porque el dueño del piso piensa que llegado el momento pueden ser pontenciales inquilinos vulnerables», lamenta Barrera antes de apuntar que no hay que olvidar que al menos en Ávila el mercado del alquiler no está en manos de grandes propietarios sino de «pequeños ahorradores que buscan obtener una inversión de su vivienda sin exponer sus ahorros a un riesgo importante». De hecho, afirma, muchos propietarios que antes tenían vivienda en alquiler la han terminado vendiendo, lo que ha reducido la oferta en un 40 por ciento en los últimos tiempos. 

"Nunca hemos alquilado tan caro". En un claro ejemplo de efecto dominó, en el que el primer golpe de ficha es la escasez de vivienda en alquiler derivada de lo poco que se ha construido en los últimos años, en concreto desde el 2006, y de que en este tiempo el stock se ha ido adquiriendo, el precio del alquiler en Ávila se ha encarecido hasta llegar a niveles nunca vistos. Es la ley de la oferta y la demanda. Como no hay pisos, los propietarios pueden pedir lo que quieran, porque «siempre hay alguien que necesita esa vivienda y lo va poder pagar», reconoce Tomás García, del Grupo Capitel.  

«Nunca hemos alquilado tan caro como ahora», asegura por su parte Josué Barrera, de Camarasa, que estima que en el último lustro el precio del alquiler «se ha duplicado» en Ávila. Es más, en los últimos tiempos, apunta este profesional inmobiliario, en la capital abulense está empezando a darse un fenómeno que aquí antes no existía:el del alquiler por habitaciones. Es más, y aunque su inmobiliaria no trabaja con este tipo de productos, cada vez es más habitual ver anuncios en ciertos portales inmobiliarios de propietarios que alquilan sus pisos por habitaciones, y por precios que rondan entre los 250 y 300 euros por dormitorio, y también  mensajes de personas que en redes sociales buscan un piso por habitaciones en Ávila.