Por estas fechas del invierno, generalmente muy frías, aunque esto no es freno para la celebración religiosa y revestida de otros festejos. Es cuando Arévalo celebra su Patrona, Nuestra Señora de las Angustias, una devoción que se pierde en los tiempos de la Edad Media, como dirían los cronistas antiguos, "desde tiempo inmemorial…", que pasa por muy diversas épocas históricas, como la misma ciudad, pero ahí está llenando los corazones de los arevalenses y de toda su Tierra, esa comarca circundante que forma una unidad histórica, la illa y la Tierra.
Uno de esos momentos hermosos de nuestra historia mariana es cuando Isabel de Portugal y sus hijos Isabel y Alfonso vienen a vivir a esta antigua villa, era señorío de la reina viuda junto a Madrigal, Olmedo y Soria, según dispuso en su testamento el rey Juan II. Y fue en esos años de infancia cuando nuestra gran Reina Isabel I de Castilla, La Católica, rodeada de su madre, su abuela Isabel de Barcelos ?todas las portuguesas del momento eran Isabel… hay que conocer el consorte o el momento histórico para distinguirlas?, su hermano el malogrado Alfonso y todas las personas que en las casas Reales arevalenses estaban al cuidado, gentes muy cristianas que enseñaron a nuestra infanta a rezar y venerar a una Virgen Dolorosa que aquí era conocida como Virgen de las Angustias y estaba en el convento de la Santísima Trinidad, de redención de cautivos, los Trinitarios, esa casa de la que también salió otra figura de nuestra historia, Fray Juan Gil, el redentor de Cervantes…
Allí acudía nuestra Isabel a rezar a esa Virgen traspasada por cuchillos de dolor y que tanto la recordaba a su sufriente madre… ella misma en su vida sufrió un rosario de dolores que la vida la regaló… ¡como a la Virgen de las Angustias!
Ahora que el proceso de beatificación de la "Sierva de Dios Isabel la Católica" sigue avanzando, es por lo que la Comisión de Ysabel para su beatificación y canonización, dependiente del Arzobispado de Valladolid, como es el proceso generalmente, la sede donde murió la candidata a la beatificación, hace un tiempo acordó conceder la Medalla de Isabel la Católica a la venerada imagen de la Virgen de las Angustias de Arévalo, notificación que comunicaron a la Archicofradía arevalense, la encargada del culto y cuidado de la imagen de nuestra Patrona, con el deseo expreso del Arzobispo de Valladolid Monseñor Luis Argüello de imponer la medalla a nuestra querida imagen, acto que se celebrará el próximo día cinco de febrero. Al acto también acudirá nuestro Obispo Jesús Rico García y el Abad de la Cofradía y párroco de Arévalo, Sebastián Gil.
El profundo sentido religioso de nuestra Reina Isabel fue su base para la ejemplar gobernación de una Castilla que tomó medieval y dejó renacentista y humanista, con los primeros derechos humanos de la historia y fue la base de un gran imperio.
A esta pequeña ciudad castellana le cabe el honor de haber sido en su infancia el crisol de una educación para la corte y con un gran humanismo cristiano, no en vano fue la precursora de los derechos humanos.
Siendo este un acto con sentido religioso, es la primera vez que se concede esta medalla a una imagen de devoción, porque, creada para significar a personas y entidades destacadas en el proceso, este acto a la imagen de Arévalo es una gran excepción que quiere reconocer públicamente aquel momento de la infanta Isabel en Arévalo donde adquirió esta devoción mariana que llevó a muchos lugares de Andalucía que iba reconquistando, y muy especialmente a Granada, de donde también es Patrona y de su Arzobispado.
Grandes nuestra Isabel y nuestra Virgen de las Angustias.