Apostar en estos momentos por el que podría ser el once titular del Real Ávila en el Área de Puente Castro sería complicado. Siempre ha sido María Hernández amigo de ocultar sus armas. «No vamos a darle pistas al rival» comenta siempre en las previas de los partidos cuando se le pregunta por los posibles protagonistas. Tampoco las confirma Israel Martínez. Los elegidos siempre están en la mente de los entrenadores pero pocas veces en el cuaderno del periodista. Tocará esperar a los momentos previos del partido para saber cómo acaba de tomar forma aquello que durante días ha rondado en la mente del entrenador. Y le habrá dado no pocas vueltas María Hernández. Porque no sólo es cuestión de adaptarse al rival, sino a los condicionantes propios. Y los tiene unReal Ávila que en las últimas semanas ha visto cómo a los lesionados Sito o Camilo se les han unido Marcos Isla y Ruba, dos de los habituales en el once de María Hernández. Y podrían no ser los únicos. «Hemos trabajado para poder variar la estructura si lo necesitamos» señala un entrenador que desde su llegada al banquillo del Real Ávila ha hecho de la línea de tres centrales y dos carrileros la seña de identidad de un equipo que no se dibujaba así sobre el césped desde la etapa de Miguel Ángel Miñambres, que espera ya en semifinales un rival que sería el Real Ávila en caso de vencer en León.
Desde la base de los tres centrales (5-3-2 o 5-2-2-1) María Hernández ha conseguido consolidar equipo. Una apuesta en la que no ha dudado en modificar piezas. El salmantino ha reconvertido a Domingo de mediocentro a central. El ex de la Segoviana se ha convertido en esta segunda fase en la pareja de baile en el centro de la defensa de Tena, Carlos Pascual o Marcos Isla, al que incluso se le ha llegado a ver de carrilero izquierdo.Una demarcación, la del carril, en la que Llorián ha vuelto a recuperar vuelo y en la que Ruba, más centrocampista que defensa, parece sentirse más cómodo que cuando ejerce de lateral, más comedido. Tener un central pendiente de tu espalda siempre ayuda.
El que no se mueve de su sitio es Sergio Ramos. En su segunda etapa en el Real Ávila es el director de orquesta. Por él debe pasar el juego propio. El ajeno se para en las botas de Manu Sánchez.Es la pareja natural del salmantino. El ‘yin’ y el ‘yang’. El ex del Elche debe darle la solidez al centro del campo que se necesita cuando el equipo se estira en ataque y se encoge en defensa.
El equipo cierra huecos atrás y los busca en ataque. En ocasiones con extremos, en otras con enganche y dos delanteros. La propuesta usada ante La Virgen del Camino, donde el equipo renunció a las bandas, no gustó mucho. Los encarnados, con gente como De Mesa, Rubén Ramiro o Moreira, prefieren desplegarse por fuera, aunque saben hacerlo por dentro. Lo han hecho Rubén Ramiro y Moreira, este último mucho más cómodo que el primero cuando toca jugar en espacios interiores como enganche y segunda punta a la espalda de Rubiato, el pichichi del equipo. El de Santa María del Tiétar no sólo aporta goles.Va más allá, es la experiencia de un ‘nueve’ cuya trayectoria le hace entender el fútbol desde los ojos de quien ha pasado por muchos partidos y adversidades.
Pero todo está en el aire. Las lesiones y los problemas físicos ya obligaron a María Hernández a moverlo todo ante el Atlético Tordesillas. Las bajas de Marcos Isla y Ruba le llevaron a reposicionar al equipo sobre una 4-2-3-1. Lo hizo «por obligación» reconocía entonces el entrenador. Volvieron entonces Corozo –Llorián ocupó la posición de central ante la baja de Marcos Isla y los problemas de Tena–, Enbi, Chris y Ortiz. No estuvo De Mesa por sanción pero estará en el Área de Puente Castro. Con Moreira duda, parte con ventaja sobre Chris. Pero a la espalda de Rubiato se abren varias opciones. Ortiz es la opción natural, aunque al ex del Zamora parece aún falto de chispa después de un curso en el que las lesiones le han dejado poco margen. La otra opción es Aitor. El abulense fue la referencia ante el Tordesillas –por la sanción de Rubiato– en una tarde en la que por fin vio puerta.
Tiene bajas importantes, pero también soluciones. Puede que le toque moverlo todo, pero tiene claro María Hernández que están preparados para hacerlo.