La rectora de la Universidad Católica de Ávila, María del Rosario Sáez Yuguero, tildaba como «déficit de calidad democrática» la reforma del real decreto de 2021 de creación, reconocimiento y autorización de universidades y centros universitarios, y acreditación institucional de centros universitarios que endurecerá los criterios de creación de universidades privadas, centros considerados por el presidente del Gobierno, PedroSánchez, como «chiringuitos».
«Yo siempre he apostado por la libertad de enseñanza. Creo que un país para que realmente tenga una democracia asentada y verdadera tiene que haber libertad de elección de centros educativos, tanto en las universidades como en la enseñanza secundaria o primaria», argumentaba sus ideas la rectora de la UCAV, centro abierto en agosto de 1996, apenas unos meses después de la llegada a la Presidencia delGobierno de José María Aznar, al que precedió el socialista Felipe González.
«Lo que debe hacer el Gobierno es regular o velar para que cumplamos los criterios de calidad, algo que ya están haciendo desde hace muchos años la agencias de calidad, como es la Aneca o como es Acsucyl», se refería en este segundo caso a la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Castilla y León.
Unas agencias que, por cierto, puntualizaba Sáez-Yuguero, son públicas. «Nosotros estamos sometidos a las agencias de calidad. A nosotros nos evalúa la competencia.Es decir, vienen a evaluarnos los profesores de la pública en esas comisiones», aclaraba la rectora, que insistía en que los centros privados entran «en el mismo juego con todas las universidades reconocidas enEspaña y son las agencias las que nos acreditan».
«No entiendo esta polarización entre públicas y privadas, algo que no tenemos en la CRUE, donde hay una unidad entre todas las universidades», mencionaba a la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas.
«Pienso que las universidades públicas tienen muchos problemas y tal vez el Gobierno se debería centrar más en solucionar esas universidades públicas que pagamos todos, que fueran buenas de verdad, que dieran oportunidades a todo el mundo y que estuvieran mucho más abiertos y que hubiera mucha más libertad a la hora de competir en los proyectos de investigación», abundaba en su discurso la rectora abulense, que criticaba otro aspecto. «A nosotros, por el mero hecho de ser universidades privadas se nos cierra el 80 por ciento de las convocatorias de los fondos que vienen para investigación. Es como si a un atleta que corre no le dejan presentarse a la carrera», ponía una imagen para explicar su argumentación.
«Lo que tienen que hacer es favorecer la mejora de todos», proseguía hablando. «Yo creo que hay que velar por la calidad de todas las universidades pero también en igualdad de condiciones y sobre todo que haya libertad. Porque si no hay libertad no hay democracia ni prosperidad», decía.
Por último, lamentaba que la medida adoptada por el gobierno de Sánchez «es un real decreto que se ha hecho sin contar con la CRUE, que es la organización que representa a todos los rectores no se le ha contado. Ni siquiera se le pide opinión. Con lo cual me parece que es un déficit de calidad democrática lo que estamos viviendo, más que otra cosa».