Sospecho que ayer fue un mal día para quienes llevan meses y años (insultos, bulos falsedades) intentando que Pedro Sánchez se vaya a su casa y que deje España en manos, por la gracia de Dios, de sus dueños "legítimos" de siempre. Y no me refiero, claro, a quienes desde la oposición intentan llegar al Poder por vías democráticas, como corresponde. Hablo de esa coalición malsana entre políticos, pseudo periodistas (más bien predicadores o vendedores de crecepelo) y una vertiente judicial que de neutral tiene poco. Sin embargo, a estas alturas ya no es fácil distinguir entre unos y otros, es decir entre la oposición legal (que no leal) y quienes nutren su estrategia de mentiras y manipulaciones. Los primeros parecen haber caído en los métodos de los segundos con una secuencia bien conocida: noticia inventada o exagerada, difusión en medios cercanos (y regados con "ayuditas"), judicialización e iniciativas en las instituciones. Esta situación fue la que denunció el presidente del Gobierno en su famosa carta. Y a luchar contra ella dice que va a dedicarse "con más fuerza" a partir de ahora. Seguirá en La Moncloa. Cinco días de reflexión que han tenido al país en ascuas, con la respiración contenida. Creo que para la mayoría la decisión de Pedro Sánchez ha supuesto un respiro. ¿Cuál era la alternativa?, ¿meses de incertidumbre antes de otras elecciones tras las gallegas, vascas, catalanas y europeas? Para PP-Vox esa zozobra no existe: gobernamos nosotros y lo arreglamos todo en un santiamén. Tal parece deducirse de las continuas declaraciones de la derecha y los ultras. Pienso que también les conviene un periodo de reflexión como el que Sánchez ha pedido a la sociedad española. La pregunta es: ¿serán capaces de afrontarlo o continuaremos con la crispación, la siembra de odio, las insidias o el actual "vale todo? Las primeras reacciones en el PP no invitan al optimismo. Sánchez ha hablado de un punto y aparte. Veremos en qué consiste. Y veremos también si Feijóo hace ese punto y recupera el sentido común (y de Estado) que le está absorbiendo Abascal. Vienen meses movidos. Me gustaría que lo fueran menos.