Wenceslao García, un campeón como maestro

Alberto Sánchez
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Madrileño, analista de los equipos nacionales, lo personal le llevó a Sotillo y la Federación de Castilla y León le 'retó' a poner en marcha la esgrima en Ávila. Sus tiradores, al más alto nivel

Wenceslao García, en la sala de entrenamiento del ClubEsgrima Santa Teresa en el pabellón de SanAntonio. - Foto: David Castro

La esgrima en Ávila es cosa suya.No es una forma de hablar, es una realidad, una disciplina que existe en Ávila gracias a la figura de Wenceslado García Hernández, impulsor del Club Esgrima Santa Teresa, un pequeño club que compite al más alto nivel. Porque sus tiradores han sido campeones de España, visten los colores de la SelecciónEspañola, han participado en campeonatos de Europa, del Mundo o en los Juegos del Mediterráneo, con medalla –bronce para Henar Valverde– incluida. Si las comparaciones son odiosas, la realidad es que serían odiosas para otros,  porque «seguramente algunos clubes más grandes no lleguen a conseguir los resultados que nosotros hemos conseguido» pone en valor WenceslaoGarcía, con toda la razón, desde un espacio y recinto deportivo –en las 'tripas' del pabellón de San Antonio– que no hace justicia a los resultados que cosechan y el trabajo que realizan. En realidad, no haría justicia a nadie.  

Wenceslao –67 años–  lleva en la esgrima «toda la vida, desde que tenía 14 años» recuerda. Fue tirador al más alto nivel y lo que de verdad le tiraba de este deporte era la competición. «Yo era un competidor». Doce veces campeón de España individual y por equipos, ocho veces ganador de la entonces  Copa del Generalísimo y luego Copa del Rey, semifinalista en un Campeonato del Mundo... Sólo le quedó por disputar los Juegos Olímpicos. «Es muy complicado hacerlo». Sólo acceden 24 tiradores, los 16 primeros del ranking mundial y el ganador de un preolímpico que en el caso de Europa sólo da acceso a uno. Todo ello lo logró demasiado rápido, porque la competición se terminó demasiado pronto para él. A los 25 años se tuvo que retirar «por exigencias del guión».Una lesión de rodilla le impedía rendir al más alto nivel. Era una época «en la que había pocos técnicos y yo tenía el título de maestro».Fue entonces cuando la Federación le pidió «que me hiciera cargo de un club en Madrid, ahora mismo uno de los más importantes de España». Así comenzó su otra labor, la enseñanza. Y comprendió entonces que «enseñar y preparar era otra faceta que me gusta mucho».

Aunque madrileño, lo personal le llevó a Sotillo y la Federación de Esgrima de Castilla y León lo 'retó' a poner en marcha lo que hoy es una realidad. Hasta entonces analista de los equipos nacionales, la crisis y las prejubilaciones forzosas le dejaron sin su puesto. Fue entonces cuando le llamó el presidente de la Federación de Castilla y León de Esgrima para intentar poner un proyecto en marcha en Ávila. «Y lo de empezar un proyecto nuevo me apetecía» recuerda en un momento en el que ejercía en las Escuelas Municipales en Madrid.  «Hablamos con Miguel Ángel Abad –entonces concejal de Deportes– y nos ofreció un montón de facilidades» para comenzar con el Club de Esgrima Santa Teresa de Ávila.

«Poner en marcha un nuevo proyecto deportivo siempre es un reto, mucho más con un deporte como éste –difícil de practicar– y en una ciudad pequeña como Ávila, donde no existe mucha mentalidad y educación deportiva.Fue difícil» recuerda aquel campeón que disfrutaba compitiendo y que hoy es maestro de los que compiten.