Un cadáver en los pasillos del instituto

E.Carretero
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Un día después de que siete cooperantes de la ONG del chef José Andrés murieran tras una ataque en Gaza, en el IES Isabel de Castilla la instalación de un cuerpo inerte tapado por bolsas de basura que trataba de utilizar el arte para "remover"

Un cadáver en los pasillos del instituto - Foto: David Castro

El pasado 1 de abril siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen (WCK), impulsada por el chef  español José Andrés, morían en un bombardeo del Ejército de Israel contra su vehículo, en el centro de la Franja de Gaza, dentro de la ofensiva israelí contra el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). La tragedia protagonizaba informaciones en todos los medios de comunicación esa jornada y la siguiente para quedar dar paso a nuevos ataques y a más víctimas dentro de un conflicto bélico que pese a su crudeza a la mayor parte de la sociedad apenas le quita el sueño.  El día después de que estos cooperantes fueron asesinados en Gaza en los pasillos del IES  Isabel de Castilla de Ávila aparecía lo que se intuía como una figura humana tapada con una bolsa de basura y rodeada de cacerolas, cazuelas, sartenes y otros utensilios de cocina. Una instalación que trataba de «remover» a una sociedad cada vez más anestesiada frente a las desgracias. 

«A nivel pedagógico tenemos que generar una sociedad más sensible al dolor», explica José Antonio Elvira, profesor de este instituto, el objetivo de esta instalación de arte temporal con la que los alumnos se toparon inesperadamente la mañana después de que estos cooperantes fueran asesinados en Palestina.

No es la primera vez que Elvira y su compañero del departamento de Dibujo y Enseñanzas Artísticas Rafael Sánchez hacen algo parecido en este instituto y siempre con la intención de «que nuestros alumnos empaticen con la realidad del mundo en el que viven», conscientes, como son, que uno de los males de nuestra sociedad, cada vez más global e interconectada, es el de volvernos «insensibles» a las desgracias de los demás.

«El mismo día que les ocurre esto a los cooperantes de esta ONG recojo cacerolas de cocina», comienza a explicar Elvira cómo la tristeza, rabia, impotencia, desánimo y desconsuelo que esta tragedia le suscitó le impulsó a crear esta obra de arte con la que trataba de generar esos mismos sentimientos entre los alumnos de este instituto. «Es una escultura desagradable», reconoce el también escultor al hablar de esta instalación temporal que pretendía «remover» frente a los dramas que se viven no tan lejos de nosotros. De hecho no es la primera vez, cuenta Elvira, que desde el Departamento de Dibujo y Enseñanzas Artísticas de este instituto utilizan el arte para llamar la atención sobre el sufrimiento de otras personas. Es más, recuerda este profesor que  la escultura del cuerpo inerte envuelto en bolsas de basura, que es lo que utiliza cuando las víctimas son tantas que ni siquiera se dispone de ataúdes, ya se ha utilizado en ocasiones anteriores en este centro para visibilizar las tragedias de otros conflictos bélicos. Por ejemplo, recuerda este profesor, al inicio de la guerra de Ucrania se hizo «una intervención  total» en este centro educativo donde todas las ventanas se cubrieron con cinta carrocera, que es lo que se utiliza en zonas de conflicto para evitar que en caso de impactar una bomba los cristales se agrieten y los restos caigan de forma descontrolada. 

el «horror» en el arte. «El arte no solo está para endulzar la vida», apunta Elvira que pone como ejemplo 'La lucha de los mamelucos' de Goya, una de las obras más destacadas del pintor pese al «horror» que refleja ya que representa los cuerpos caídos y los ríos de sangre de los españoles que se levantaron el 2 de mayo de 1808 frente a la ocupación francesa.

Que el arte está para disfrutar y también para remover y crear conciencia social es algo que desde hace tiempo tienen claro en este instituto donde además hay una réplica de la escultura dedicada a la Declaración Universal de los Derechos Humanos que, realizada por Elvira y donada por Amnistía Internacional, está instalada en el jardín de San Roque, no muy lejos de este instituto donde no quieren ser insensibles al horror y el desastre que viven en otras partes del mundo.