Con un emotivo acto de acompañamiento y recuerdo, las familias, especialmente los padres que perdieron a sus hijos durante la gestación, el parto o al poco de nacer, volvieron a reunirse en el 'Rincón Blanco', ese espacio en el cementerio municipal que se dedica a estos niños y se mantiene para las familias.
Como siempre, allí está el recuerdo del pequeño monumento 'Amar sin latido' y ahora acompaña el cartel recordando que es el Mes Internacional del Duelo Gestacional y Neonatal. Con estos elementos, las flores y las velas, se organizó un sencillo acto en el que se recuerda a esos hijos que estuvieron en el vientre «y no pudieron seguir creciendo», recordando la importancia que merece respetar este duelo como cualquier otro porque no es menos muerte que la del niño ya nacido. Por eso, este año se pretende normalizar estas muertes y se recuerda que «si no se expresa el duelo, se hace más difícil de gestionar». Es por eso que se sigue trabajando para el acceso a las bajas laborales o la atención psicológica, además de tener una información clara de la disposición y destino del cuerpo del bebé. Pero quizá, entre lo más importante, es pedir más sensibilidad y empatía con el dolor de los padres y la petición para que sean inscritos en el Registro Civil.
El acto, acompañado por una suave música de flauta, tuvo como uno de los momentos más sentidos cuando se nombró a los niños y las familias pudieron hacer una ofrenda con flores y estrellas creando ese rincón al amor que aún queda. Después llegó el turno para escuchar las palabras que les dedicaron los padres en tres cartas en las que se pudieron escuchar frases como «me sentí afortunada de llevarte este tiempo dentro de mí», «había imaginado tantos momentos a tu lado» o «nunca te vamos a olvidar». Todo para terminar con un poema que señalaba que estaba buscando «el lugar para los recuerdos que no vendrán».
Este acto llega a través de la red 'El hueco de mi vientre', una asociación sin ánimo de lucro que pretende acompañar a las familias que han pasado esta situación y que en Ávila funciona desde 2019. Con ellos se han realizado jornadas de formación para preparar a los colaboradores y se ha contribuido a la mejora de los protocolos hospitalarios en atención a la muerte perinatal.