Hace 18 años que se instauró en España el carnet de conducir por puntos, lo que provocó un cambio en la forma de gestionar las multas y sanciones de tráfico. La posibilidad de que, según las infracciones, un ciudadano pueda perder su permiso de conducir ha condicionado, sin duda, las conductas de los españoles al volante, traducidas en un descenso de accidentes graves, aunque con algunos repuntes que nos indican que el peligro nunca desaparece del todo. Esta medida fue implementada con la intención de mejorar la seguridad vial, reducir las imprudencias al volante y fomentar una conducción responsable. Desde su creación se ha presentado como una herramienta eficaz para disminuir las infracciones y, en consecuencia, los accidentes de tráfico algo que se puede asegurar que ha conseguido, al menos en parte. Las autoridades, en su búsqueda de soluciones, aprietan ahora con más medidas preventivas, entre las que se incluye la de reducir aún más la tasa de alcohol para poder conducir de manera reglamentaria, en lo que es otro intento más de, al menos en lo que se pueda evitar que quien salga a la carretera, lo haga en unas condiciones que pueden poner en peligro tanto su integridad física, como la de quienes se pueden cruzar en la carretera.
Según la estadística que maneja la Dirección General de Tráfico correspondiente al año pasado, sólo en lo que a las multas impuestas por los ayuntamientos en la provincia de Ávila se refiere, estas supusieron la retirada de 3.383 puntos (3.088 correspondientes al Consistorio de la capital). El uso del móvil al volante, el exceso de velocidad , conducir bajo los efectos del alcohol y no llevar puesto el cinturón o el casco, fueron, por este orden, las causas principales por los que los conductores abulenses perdieron puntos con las sanciones de las policías locales de la provincia.
Más allá del castigo que supone para un conductor este tipo de prácticas cuando son sancionadas, lo cierto es que todos los que nos sentamos al volante estamos obligado a a hacer una autocrítica en cuanto a nuestro comportamiento. Deberíamos de tener claro que no se trata de evitar infracciones por miedo a perder puntos, sino de entender que cada decisión durante nuestra conducción puede en riesgo vidas, tanto la propia como ajenas. Mientras no se tenga claro que la seguridad vial es una responsabilidad compartida, y no asumamos plenamente esa responsabilidad, el sistema de puntos seguirá con su faceta sancionadora, sin duda, pero no podrá arreglar el fondo del problema.