Aldama da alas al PP para redoblar su presión contra Sánchez

María López (EFE)
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Feijóo eleva sus críticas contra el presidente, advierte que algo «huele a podrido en Moncloa» y abre la puerta a presentar una moción de censura siempre que cuente con los apoyos suficientes

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, el pasado jueves en el Congreso de los Diputados. - Foto: Susana Vera (Reuters)

Las acusaciones de Víctor de Aldama contra el Gobierno y contra el PSOE han dado alas al PP para redoblar su presión contra Pedro Sánchez y orillar polémicas que les afectaban, como la gestión de la DANA o el intento fallido de tumbar la candidatura europea de Teresa Ribera.

El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ha elevado el tono de sus críticas y, además de pedir la dimisión del presidente del Gobierno, ha abierto la puerta a una moción de censura, al ofrecerse a los socios de Sánchez para tumbar al Ejecutivo. «Es evidente que no tengo los votos para acabar con el Gobierno, pero si alguno de los socios quiere acabar con todo esto, que sepa que estoy a disposición para abrir una nueva etapa en nuestro país», sostuvo el gallego, que ayer remarco que algo «huele a podrido en Moncloa».

Este ofrecimiento no se ha concretado en una ronda de contactos para explorar apoyos y, de hecho, los populares defienden que son los socios quienes deben «mover ficha». La pelota está sobre su tejado, pero el líder del PP avisó de lo que supone seguir respaldando al socialista. «Hoy apoyar a Sánchez te convierte en un encubridor o en un cómplice de sus desmanes», les interpeló.

Feijóo sostuvo que, tras haber señalado Aldama a Sánchez y varios ministros ante el juez, ya no hay que hablar de bloques de derecha o de izquierda, sino que toca escoger entre el de «la mentira y la corrupción» o el de «la verdad y la honestidad». El jefe de la oposición calificó a Sánchez de «presidente decadente», antes de asegurar que «ha perdido el control» porque está «extorsionado por su propia conducta». 

No obstante, no presentará una moción de censura si no tiene votos para que prospere porque «la corrupción no necesita un debate sobre el estado de la nación».

No recogen el guante

El guante lanzado por Feijóo no ha sido recogido por ninguno de los aliados de Sánchez. Su movimiento ha coincidido, además, con el último logro del Gobierno, el pacto in extremis del paquete fiscal, en el que ha sido capaz de hacer equilibrios para volver a conjugar intereses contrapuestos.

El PP considera que la negociación ha mostrado la «agonía legislativa» de un Ejecutivo débil y en el alambre y algunos aliados, como ERC, han vuelto a mostrar su malestar por la forma en la que negocia el Gobierno. Otros socios, como Sumar, ven en el acuerdo alcanzado un motivo para ser optimistas de cara a unos futuros Presupuestos.

Con estos mimbres, la posibilidad de una moción de censura parece lejana e improbable. Lo admite el propio PP, que ha dicho que no se lleva a engaños con la aritmética.

También el líder de Vox, Santiago Abascal, llamó a no generar falsas esperanzas ni confundir a los ciudadanos sobre una moción de censura que desaloje a Sánchez de la Moncloa, al entender que los «separatistas» no dejarán caer a un Gobierno «débil», del que, en su opinión, sacan ventaja.

En todo caso, Vox sí respaldaría una moción de censura de Feijóo siempre que sirva para convocar elecciones inmediatamente y sin cesiones a los nacionalistas, lo que no impide que este partido haya incidido en sus críticas a los populares y a los presidentes autonómicos de esta formación por mantener la relación institucional con Sánchez.

Las declaraciones de Aldama han vuelto a evidenciar las distintas estrategias de Vox y PP contra el Gobierno, pues los de Abascal han dado un paso más en los tribunales al anunciar que pedirán la imputación del presidente y de algunos de sus ministros en el Tribunal Supremo.

Tanto los populares como Vox han deslizado que Sánchez busca mantenerse en el poder para continuar aforado de cara a una hipotética imputación. En todo caso, y tras meses esperando al volcado de los móviles del caso Koldo o a que alguien tirase de la manta, Génova ha encontrado la munición para desgastar al Ejecutivo, que llega tras unas semanas complicadas para esta formación.

La declaración de Aldama ha dejado, por el momento, en un segundo plano la gestión de la DANA, sobre la que los dirigentes del PP no han tenido que responder en las últimas horas, tras días y días de cuestionamientos al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, que ha culminado los cambios en su Consell cesando a la hasta ahora responsable de Emergencias. También ha perdido foco la intentona fallida de Feijóo de frenar la candidatura de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, como vicepresidenta de la Comisión Europea, que finalmente será elegida la próxima semana.