La Asociación de Afectados de Espondilitis de Ávila critica la falta de acceso a la piscina del hospital Nuestra Señora de Sonsoles, que no está en uso, así como que «están quitando tratamientos biológicos que están funcionando». Su denuncia llegaba también a que llevan todo el año con una única reumatóloga, aunque ayer sí que había una segunda. Diario de Ávila preguntó sobre esta situación a Sanidad, pero de momento no ha habido contestación al respecto.
Elvira Galán, presidenta de esta asociación (40 socios entre pacientes y familiares) explica que se sienten «agraviados y discriminados» por Sacyl ya que «aprovecharon la pandemia para quitar la única piscina de rehabilitación de toda la provincia» aunque les dijeron que «al acabarse las restricciones se volvería a abrir». Ella entiende que no iban «a entrar con covid» pero cree que les «vino muy bien» esta circunstancia para eliminar este servicio. Cuando levantaron las restricciones les dijeron que en ese espacio se iba a poner la unidad de radioterapia, lo que ya no entendieron porque creían que podía ir a otro sitio que no quitara tratamientos, pero finalmente esta unidad no se ha ubicado allí y siguen sin piscina. «Ahora, el vaso de la piscina vacía sirve para almacén de cajas, y nosotros seguimos sin aquaterapias rehabilitadoras, que mejoran el dolor, la progresión de la enfermedad y la funcionalidad del paciente para el desempeño de su actividad diaria». Y aunque es un servicio muy importante para ellos, recuerda que es la piscina que había para toda la provincia y utilizada para otras patologías.
La pregunta que queda en su mente es si todo esto se debe «al dinero» y así sucede también con la «puntilla» que han tenido con el cambio en los tratamientos que, además, cree que se ha hecho «de manera opaca». Lo que denuncia es que están quitando tratamientos biológicos, que asegura que están funcionando a los pacientes con afección grave de la enfermedad, por otros «biosimilares» sin información o «información no veraz (diciendo que no los suministra el laboratorio y sin el consentimiento del paciente».
Este cambio ha «habido a gente que les ha ido bien» pero «para quienes no funciona» no entiende que se tomen este tipo de decisiones. Ella misma (no es el único caso) se pone como ejemplo porque llevaba con el Remicade (medicamento) 15 años y le funcionaba bien. Con el cambio han vuelto los brotes y las inflamaciones, con las consecuentes secuelas, insiste. Ella estaba en una situación muy delicada hace 15 años cuando la pusieron este tratamiento y su vida cambió y ahora el hecho de tener un biosimilar está suponiendo ir un paso atrás. Y es por eso que vuelve a hablar del tema de la financiación y, sobre todo, quieren saber quién toma este tipo de decisiones porque en ningún caso quiere poner la mirada en sus médicos, en concreto cuando a ella quince años el médico le «devolvió la vida».
Además, asegura que no tiene «ningún problema en pagar impuestos» pero no quiere que con ellos se tomen decisiones que «empeoran» su salud.
Es por ello que desde la asociación señalan que les «parece suficientemente alarmante el hecho de querer suprimir tratamientos IU funcionan a pacientes que los necesitan para tener calidad de vida» por lo que creen que deben «hacer público e informar a la población del deterioro de nuestro Sistema de Salud en Castilla yLeón y más concretamente en Ávila».
Respecto al hecho de contar con una única reumatóloga para Ávila (aunque ayer la presidenta comprobó que ya había una segunda), ha supuesto estar nueve meses en esta situación por lo que hay citas que se han dado más allá del año de espera. «Los médicos se portan muy bien pero hacen lo que pueden», insiste.