El auditorio de San Francisco acogió en la mañana de lunes una jornada divulgativa en el marco del Programa de Autoprotección de Castilla y León. Se trataba de dar a conocer los riesgos presentes en la vida diaria y para responder ante ellos, dotar a los presentes de unas sencillas pautas o hábitos que podemos convertir en rutinas para minimizarlos.
No es la primera vez que se ahonda en este asunto ni será la última pues en la intención del Gobierno regional está el crear una cultura de la autoprotección en toda la ciudadanía.
En este caso, al auditorio estaban llamados por parte de la Agencia de Protección Civil tanto centros escolares, como asociaciones o ayuntamientos y todo con la intención, se encargó de explicar el delegado de la Junta en Ávila,José Francisco Hernández Herrero de «empoderar a la población, en el más amplio sentido del término».Que, ante un potencial riesgo de cualquier índole, «estemos lo suficientemente preparados y capacitados para afrontarlo» y que las consecuencias sean mínimas, especialmente para las vidas humanas, pero también para los bienes materiales».
Al evento acudió el delegado junto al secretario territorial de la Junta, la jefa de sección de la red de Protección Civil o el jefe de Protección a la Naturaleza (como director de Infocal en la provincia de Ávila).En definitiva, con quienes saben de la materia.
Materia que pasa por cómo afrontar riesgos en forma de incendios, inundación o riesgos químicos, de los que «recientemente no hemos tenido casos», pero claramente puede haberlos. Ante ellos, explicaba el delegado, desde la Junta se constituyen diferentes órganos de funcionamiento interno y otros externos, pero es cuestión de preparar también a la población local y a otras administraciones, como ayuntamientos o Diputación. Y es que también es cierto que hay materias en las que la competencia es de la Junta y otras en las que no. Por ejemplo los incendios en el casco urbano no serían competentes.
Este lunes fue la jornada en San Francisco pero también es cierto que hay otro tipo de acciones como las unidades móviles de ProtecCyl con las que se ha llegado ya a 34 municipios de más de 500 habitantes de cara a prevenir esos riesgos del día a día.
¿Cómo lo hacen? Pues con diferentes aplicaciones informáticas, juegos para escolares que «de manera inductiva» ayudan a que tengamos más capacidades.
Se cierra el círculo, de algún modo, con charlas a los alcaldes, o con medidas de autoprotección, que llegan a las empresas por ejemplo.
«Dado que hay peligros debemos afrontarlos como sociedad, desde la administración y con unos agentes facilitadores cada vez más preparados para afrontarlos con más solvencia».
De riesgos se habló. Más quizá de incendios que es, como decíamos, en lo que tiene competencia la Junta de Castilla y León, no en los urbanos en los que la facultad es de otras administraciones, pero también se trató este asunto, pues estas jornadas y formaciones están para «tratar de implantar y comunicar esas pautas necesarias para cuando tenemos un incendio, por pequeño que sea, siendo un conato, podamos afrontarlo con inmediatez para que no se convierta, como ha ocurrido en ocasiones, en un incendio forestal». Evidentemente, a veces es posible, otras, no.
Recordaba el delegado que este programa de autoprotección cuenta con tres ejes: el primero es la ciudadanía que pone el foco de manera especial en personas con discapacidad y de avanzada edad; por otro, se centra en los escolares de todas las edades, porque son ellos, el colectivo de niños y jóvenes, «los más permeables para adoptar los valores y los hábitos positivos vinculados a la autoprotección». El segundo eje que tocan es el de los agentes económicos, en él se dirigen a los titulares y organizadores de actividades que lleven inherente un riesgo que puede ocasionar daños a terceros.Y el tercero es el de los agentes facilitadores, servicios de asistencia ciudadana y organismos intervinientes en el sistema de protección civil, así como esas aministraciones locales a las que nos referíamos con anterioridad.
A modo de conclusión decir que el objetivo final es generalizar la cultura de la autoprotección en toda la ciudadanía. Y es que la conclusión tras la formación es que las personas que participan estén capacitadas para tomar decisiones más correctas ante situaciones de riesgo protegiendo de la mejor manera posible su persona y sus bienes».