El CUM Carlos Sastre hace aguas. La culpa, las goteras. «Entre la grada, los vestuarios y el parqué hay puestos una treintena de cubos. Ya no hay más para poner» denunciaban a Diario de Ávila en la tarde del jueves los usuarios de una instalación que no pasa precisamente por sus mejores momentos.Las lluvias de estas semanas han vuelto a poner sobre la mesa  los más que evidentes problemas de una instalación deportiva a la que el paso de los años, el desgaste por el propio uso pero, por encima de todo, la falta de un correcto mantenimiento desde su puesta en marcha –30 de enero de 2009–  le están pasando factura en este invierno. Y cada vez va a más.     

No es nuevo el problema de las goteras en el CUMCarlos Sastre, si bien no habían comprometido la actividad que se desarrolla en el pabellón como hasta ahora.  Aunque el 'famoso' cubo de la basura lleva conviviendo con quienes usan el pabellón desde hace muchos años cada vez que arrecia la lluvia, fue la 'gota que colmó el vaso' lo ocurrido hace unas semanas cuando el partido entre el Hotel 4Postes Ávila Auténtica El Bulevar y el Universidad de Oviedo estuvo detenido durante 50 minutos por culpa de una gotera en medio de la pista. Se valoró suspenderlo, se pensó trasladarlo a otro pabellón –el problema también es el cuál– pero finalmente se disputó mientras los miembros del Óbila Club de Basket saltaban a la pista, mopa y bayeta en mano, para secar el parqué cuando el discurrir del partido así se lo permitía.Y este fin de semana podría repetirse la imagen y lo sucedido en el mejor de los casos, porque de ocurrir lo que este jueves ocurrió, no se podría jugar. De lado a lado recorría el parqué una hilera de cubos y papeleras –en total 19  sobre pista– ante las numerosas goteras con la esperanza de haber acertado allí donde caía la gota porque «si no se ponen bien los cubos, el parqué se moja y se levanta» avisan quienes este jueves estaban en el pabellón. No se libró la grada, donde también hubo que poner cubos, pero tampoco los vestuarios, totalmente encharcados y donde el moho «es brutal» denuncian junto a las imágenes que ponen, blanco sobre negro, lo que está ocurriendo en esta instalación deportiva.

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