Editorial

La obligación de desarrollar el medio rural

-

La comarca de La Moraña lleva demasiado tiempo luchando contra el olvido, como tantas otras de Castilla y León que pelean por subsistir. Todas ellas lo hacen a paso lento, con la serenidad de quien sabe que en el medio rural todo requiere tiempo y constancia, como si de un episodio de sementera se tratara. Durante la última década, gracias al programa europeo LEADER, esa perseverancia ha dado fruto. En el caso de La Moraña a través de Adrimo ha crecido una red de proyectos que han dado oxígeno a pueblos que parecían condenados a la falta de oportunidades.

Y no son estadísticas frías: 123 proyectos, casi 14 millones de euros invertidos, 220 empleos entre creados y consolidados. Son negocios familiares que siguen abiertos, panaderías que se han modernizado, mujeres que han vuelto a trabajar en su pueblo... Es patrimonio restaurado, turismo que se pone en pie, granjas escuela que educan, centros sociosanitarios que no cierran. Todo esto en una tierra donde hay más campos que vecinos, donde la densidad de población no supera los 13 habitantes por kilómetro cuadrado.

LEADER no es un simple programa de ayudas. Es un enfoque que implica a la población local en el diseño de su propio desarrollo, que apuesta por estrategias desde abajo hacia arriba, que entiende que solo con participación real se pueden generar cambios duraderos. Y esa filosofía ha sido aplicada con inteligencia, constancia y visión.

Sin los fondos europeos, y sin Adrimo como motor local, muchos de estos proyectos habrían quedado en papel mojado. Porque cada persiana que se levanta en un pueblo es un acto de resistencia, cada euro que llega una posibilidad, cada familia que se queda un triunfo. Eso no los miden las estadísticas, se ve en las calles.

El actual periodo de financiación del enfoque LEADER en La Moraña culmina en 2025. Y lo que está en juego no es solo la continuidad de las ayudas: es la continuidad de una forma de vivir que no quiere dar pasos atrás. Si no hay un relevo claro desde las administraciones, si no se mantiene viva esta apuesta por el medio rural, el riesgo es que todo lo conseguido se desmorone.

El resto de administraciones tienen ahora la responsabilidad de no dejar caer lo que Europa ha levantado. Porque si algo ha quedado claro es que el medio rural está esperando inversión, atención, presencia y políticas valientes. Porque aquí hay vida, hay gente que está regresando y que quiere quedarse, pero no a cualquier precio.

Ni la Moraña ni el resto de comarcas de la provincia se rinden. Y si no queremos una Comunidad hueca y resignada, haríamos bien en entender que con esfuerzo se pueden lograr cosas más que interesantes. Apostar por el mundo rural es construir territorio con sentido, con dignidad y con futuro.