Aunque es natural de Donvidas Andrés Llorente se conoce a todos los vecinos de Palacios de Goda como si fuera de allí. No en vano a los catorce años se puso detrás de la barra del bar Elegante que su padre regentaba en esta localidad morañega. Con él estuvo varios años, hasta que su padre se jubiló, el bar cerró y él emprendió otro camino profesional. Sin embargo, no mucho después volvió a la hostelería y lo hizo de nuevo en Palacios de Goda, al frente del Bar La Plaza, en el centro neurálgico de este pueblo. Por eso, no es extraño que el bar de Andrés se haya convertido en punto de encuentro para los vecinos de Palacios de Goda, que allí acuden para desayunar, tomar una caña o un café y encontrarse con otros habitantes del pueblo a los que de otro modo sería más complicado ver. 

Del bar de Andrés llama la atención la barra, llena de tapas desde primera hora de la mañana. La responsable es Beatriz, su mujer y mano derecha de este negocio hostelero que a los vecinos ofrece un punto de encuentro y al visitante un lugar de parada donde tomar algo. 

Tortilla de patatas, bocatines variados o morros son solo algunas de las tapas que el Bar La Plaza ofrece diariamente a sus clientes que los fines de semana, que es cuando este establecimiento está más frecuentado, ven como esa oferta de pinchos se incrementa. También ofrece el bar de Andrés comida de encargo para llevar. 

«Sé perfectamente, nada más que entra por la puerta, qué se va a pedir cada cliente», reconoce Andrés al hablar de esa relación tan estrecha que el responsable de un bar de pueblo llega a tener con los vecinos. 

Aunque reconoce que a diario hay «poco cliente» también es consciente Andrés que un pueblo sin bar es un verdadero drama, poniendo el ejemplo de Donvidas, su localidad natal, donde actualmente viven trece vecinos que ya hace mucho tiempo que no tienen un lugar donde ir a tomar un café.