De Cáceres a León, pasando por Ávila, con 1.500 ovejas

M.M.G.
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José Manuel es un pastor extremeño que este jueves cruzará el Puerto del Pico con sus ovejas merinas, manteniendo viva de esta manera la secular tradición de la trashumancia

De Cáceres a León, pasando por Ávila, con 1.500 ovejas

Pastorear en movimiento. En busca de los mejores y más frescos pastos y temperaturas para su ganado. Sin importar las caminatas o las noches al raso. Eso es lo que desde el pasado 15 de mayo está haciendo José Manuel Sánchez Miguel, pastor de Huertas de Ánimas, en Trujillo (Cáceres) que estos días se encuentra trashumando por la provincia de Ávila en compañía de sus 1.500 ovejas merinas.

José Manuel tiene 44 años. Joven en una profesión a la que pocos chavales 'se apuntan'. Pero él tuvo claro hace dos años que quería emprender esa aventura, como en su día ya lo hicieron también sus antepasados.

Junto a él van otras seis personas. Y un burro que les ayuda a llevar sus pertenencias.Cuentan también, nos cuenta el pastor, con un 'coche escoba' en el que viaja su tía, que se ofreció a ejercer de cocinera para que el grupo pueda comer y cenar caliente después de cada dura jornada.

Hablamos con José Manuel este mismo miércoles después de un paso «bastante regular» en su entrada a la provincia de Ávila, por Ramacastañas. «Hemos tenido un paso muy estrecho, nos ha costado mucho», habla de lo complicado que resulta mover a cientos de ovejas por determinados espacios.

Como complicado (y agotador, sobre todo) sabe que será cruzar el Puerto del Pico, una etapa que espera poder completar la jornada del jueves 30 de mayo.

Para afrontarlo con más energía (tanto ellos, los humanos, como las ovejas) este miércoles el grupo completaba una etapa más corta que las habituales de 20 kilómetros. Desde Ramacastañas, el grupo se desplazaba hasta Mombeltrán. Y de ahí a Cuevas del Valle, para aguardar a la mañana del jueves y comenzar la escalada por la histórica vía.

Cuenta José Manuel que sus jornadas comienzan muy prontito. A las siete y media de la mañana ya están desayunados y en marcha. Y que es a media mañana cuando paran para reponer fuerzas. «Ya hemos tenido un par de días de mucho calor», nos dice de lo que lleva de trashumancia, un viaje que espera poder terminar en tierras leonesas sobre el día 21 de junio.

El regreso, en octubre. Y será en León («cerca de Riaño», nos explica con más detalle su destino final) donde su ganado pase los meses más calurosos del año. «Volveremos en octubre», adelanta ya el pastor que, eso sí, aún no tiene claro si el camino de vuelta lo harán también caminando o en camiones.

Aún queda tiempo para pensar en eso. Ahora, nos dice, es tiempo de caminar y de velar por sus ovejas merinas. A pesar, incluso, de que el futuro de la ganadería no esté muy claro en España. «Futuro, ninguno», dice con pesimismo. «La gente no quiere esto, y menos lo que yo hago», habla de su empeño por mantener una tradición secular que, por desgracia, se va perdiendo.

Frente a eso, José Manuel se queda con las caras de sorpresa y las palabras de cariño de aquellos que salen a su paso.