Un Jerusalén "improvisado"

M.M.G.
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Más de 500 personas se emocionaron con las Escenas de la Pasión de El Barraco, que por primera vez en sus once años de vida se celebraron a cubierto, debido, una vez más esta Semana Santa, al mal tiempo

Judas, ante la mesa de la Última Cena. - Foto: Isabel García

Era hacerlo así, o no hacerlo. Y nosotros queríamos hacerlo, por el público, pero también por los actores». Así explicaba Piedad Arias, directora de la representación, el porqué del «improvisado» y a cubierto Jerusalén en el que este Sábado Santo se representaban por primera vez las Escenas de la Pasión de El Barraco.

La lluvia que durante toda la jornada cayó sobre la provincia obligaba a los responsables de esta representación a trasladarla al polideportivo 'Víctor Sastre' de la localidad, que se transformaba así durante unas horas en este rincón de Oriente Próximo.

Y lo cierto es que se llenó de público. Más de 500 personas acudieron al recinto deportivo para llenar sus gradas y poder así rememorar la pasión y muerte de Jesuscrito a sólo unas horas del Domingo de Resurrección. No importaba que en esta ocasión no pudiera hacerse en las calles más céntricas del pueblo. La buena voluntad de la gran compañía de aficionados (formada por 85 actores y unas decenas más de personas en el cuerpo técnico) y las ganas de que todo siguiera adelante se aliaron para que la puesta en escena saliera a pedir de boca. Desde el intérprete más pequeño, con menos de tres años, a los más veteranos, con los 60 ya cumplidos en el DNI, la gran familia de las Escenas de la Pasión disfrutó con una representación que comenzaba, de nuevo, con la entrada de Jesús en Jerusalén en el Domingo de Ramos.

Con la música y los textos de 'Jesucristo Superstar' como hilo conductor, actores y actrices brillaron ante su público. Se notaba la veteranía de todos ellos y sus tablas en las diez representaciones previas. «La verdad es que este año ha sido todo muy fácil», reflexionaba Piedad, que se refería, por ejemplo, a que la gran mayoría de los actores eran 'repetidores'. «Y ha habido además pocas bajas», decía.

Las imponentes voces de Pedro y Judás; la seriedad de un Jesús metido de lleno en el papel; la emoción de María ante su hijo muerto... Lo cierto es que este sábado, en muchas ocasiones, el público olvidaba que estaba ante sus vecinos, en lugar de ante actores consumados. Si acaso, la acústica del recinto (no diseñado para este tipo de eventos) deslució algo (pero muy poco) una representación que cada año crece en todos los sentidos. 

El segundo de los cinco actos de la obra se centraba en la Última Cena, desde donde el grupo se encaminó al huerto de los olivos. El Getsemaní de Jesús sobrecogió a un público entregado, que asistió también en silencio a su juicio ante Pilatos.

Aunque fueron, sin duda, el camino al monte Calvario, la crucifixión y el descendimiento los momentos más impresionantes de la representación. «A mí es de lo que más me emociona», decía a Diario de Ávila la directora, a sólo unos metros de Rosario Sánchez, la encargada de dar vida a una compungida madre de Jesús. 

Un  Jesús, por cierto, interpretado un año más por Mario Jiménez que, curiosamente, es el encargado del polideportivo municipal. «Hoy me ha tocado trabajar aquí todo el día», se reía antes de salir a un escenario que, en cualquier caso, todos esperan no volver a pisar el año que viene. Ojalá el sol acompañe en estas escenas en 2025.