Farmacias afrontan problemas de comunicaciones y rentabilidad

B.M
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Ávila perdió cinco farmacias en los últimos diez años. Es esencial «protegerlas» porque garantizan la accesibilidad a los medicamentos «y aseguran la cohesión social y territorial», explican desde el Colegio de Farmacéuticos

Farmacias en Ávila: problemas de comunicaciones y rentabilidad - Foto: Isabel García

Las farmacias abulenses, especialmente las del medio rural, se tienen que enfrentar a problemas con las comunicaciones y a la búsqueda de la rentabilidad, que muchas veces no está asegurada, lo que sucede con las 19 farmacias de viabilidad económica comprometida.

En la provincia de Ávila hay 128 oficinas de farmacia más 12 botiquines. Es decir, se cuenta con 140 puntos de atención farmacéutica repartidos por toda la provincia. De estas, 24 farmacias se encuentran en la capital. En los últimos diez años, cinco farmacias cerraron en la provincia y, según recuerda la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Ávila, Marta Terciado Valls, «cuando una farmacia cierra en un municipio, el Ayuntamiento puede solicitar la apertura de un botiquín, que se adjudicará siguiendo determinados criterios, a una de las farmacias de la zona. La población, en la mayoría de los casos no se queda desatendida. Pero la normativa que regula el funcionamiento de los botiquines también está pendiente de mejorar, para adaptarse a la problemática actual, en el sentido de adaptar los horarios de los botiquines a la demanda real del servicio, y que el farmacéutico titular pueda compaginar el horario de apertura de su farmacia con el horario del botiquín adjudicado».

Una de las principales necesidades que hay es mejorar las comunicaciones, para que el sistema de receta electrónica funcione correctamente en todas las farmacias de la provincia y en todas las épocas del año. «En los meses de verano recibimos mucha población de las comunidades limítrofes, sobre todo de Madrid y, en determinadas ocasiones se generan problemas que no dejan al farmacéutico trabajar. Hay que buscar soluciones para solventar estos problemas que dificultan la atención farmacéutica, cuando los pueblos se llenan de gente durante unos pocos meses del año», explica, por lo que insiste en que sería necesario mejorar las comunicaciones con los centros de Atención Primaria para facilitar a los pacientes el acceso a su medicación y asegurar un uso adecuado de los medicamentos. 

Y también respecto a las comunicaciones, señala que «si cuando te desplazas al pueblo no puedes hablar por teléfono, ni conectarte a internet, ni siquiera escuchar la radio, al final dejas de ir al pueblo. Y esto es una realidad en algunos de nuestros municipios. Si hay buenas coberturas, se atrae más población».  

También es importante tener en cuenta la economía cuando se habla de farmacias. Actualmente, en la provincia de Ávila hay 19 farmacias en situación de viabilidad económica comprometida (VEC). Son farmacias que se encuentran mayoritariamente ubicadas en municipios de menos de 500 habitantes. Las VEC son farmacias cuya facturación no aporta al farmacéutico titular un rendimiento similar al que podría tener trabajando como adjunto o sustituto en otra farmacia. Se les aplica un índice corrector del margen, que es una pequeña ayuda para las farmacias que cumplen ciertos requisitos, como estar ubicadas en municipios de menos de 1.500 habitantes y no alcanzar una determinada facturación.

Una de las medidas que se tomaron hace un tiempo después de las  negociaciones entre el Consejo autonómico y la Consejería de Sanidad, y que ha favorecido la situación de este tipo de farmacias, es la vinculación de los depósitos de medicamentos de las residencias a las farmacias de la misma zona. Esta medida redujo el numero de farmacias en situación de viabilidad económica comprometida. En definitiva, dice, la despoblación y la dispersión geográfica afectan significativamente a las farmacias rurales, dificultando su viabilidad económica y su capacidad para atraer y retener población. El estudio realizado por la consultora Afi refleja que las actividades asistenciales de las farmacias, como por ejemplo el seguimiento del uso correcto de medicamentos, la dispensación domiciliaria, etc. son mayores cuanto menor es el municipio. Pero estas farmacias se enfrentan principalmente a problemáticas sociodemográficas, económicas y de infraestructuras por lo que «es esencial protegerlas, ya que garantizan la accesibilidad a los medicamentos en igualdad de condiciones que al resto de la población, y aseguran la cohesión social y territorial».

Otra de las dificultades que atraviesa la farmacia rural son los servicios de urgencia que realizan, donde se ha mejorado pero queda camino por recorrer.La representante de los farmacéuticos abulenses, Marta Terciado, explica que Castilla y León es una de las comunidades con mayor número de farmacias por habitante. Pero factores como la dispersión geográfica, el envejecimiento, la despoblación y el crecimiento negativo de la población se acentúan en la provincia abulense. «Creo que los farmacéuticos, en general, y nuestra red de farmacias en particular, tienen un gran potencial que ofrecer al sistema nacional de salud para que nuestro modelo sanitario siga siendo una referencia para otros países y reforzar así su sostenibilidad. En estos 140 puntos de atención sanitaria, repartidos por todos los rincones de nuestra provincia, encuentras a un profesional sanitario cualificado, de confianza, al que no le tienes que pedir hora para ser atendido y tampoco tiene lista de espera», explica Terciado.

También considera la presidenta del Colegio abulense que se podría ayudar a la farmacia comunitaria «remunerando servicios profesionales concretos, que se ponen a disposición de la población para mejorar los resultados en salud y optimizar los recursos sanitarios, además de motivar al farmacéutico en el desarrollo de su profesión. En algunas comunidades autónomas ya se está haciendo, poniendo en marcha campañas de detección y prevención de cáncer colorrectal, programas de cesación tabáquica o elaboración de sistemas de dosificación personalizada de la medicación por citar algunos».

Es por ello que asegura que las distintas instituciones y administraciones «deberían y tendrían» que apoyar más a la farmacia, ya que son establecimientos sanitarios esenciales que contribuyen al arraigo de la población en los territorios rurales, generan empleo de calidad y ayudan a frenar la despoblación. Además, actúan como sensores sociales y sanitarios, insiste.

Y es por ello que llevan tiempo reivindicando un papel «más activo del farmacéutico» en campañas de prevención y promoción de la salud, y de cualquier servicio profesional que pueda aliviar la carga asistencial a la que está sometido el sistema sanitario. «Además, la farmacia abulense y la castellano y leonesa en general sufre de una manera más directa, las medidas de contención de gasto del gobierno, ya que, al ser farmacias más modestas, son más sensibles a estas medidas. Esto también hay que tenerlo en cuenta», añade.

En Ávila también hay que tener en cuenta que estar en el medio rural supone unas condiciones propias que generan ciertas dificultades, aunque también hay su parte positiva, por la cercanía. La propia Marta Terciado, titular desde hace casi 20 años de una farmacia ubicada en el medio rural, asegura que es un trabajo «muy gratificante, a pesar de las dificultades» porque «la relación que tienes con la población es de mucha confianza, es una relación de cercanía, de intentar ayudar a solucionar los problemas que se les presentan a los vecinos del municipio, ya que son en su gran mayoría, personas mayores que viven solas, polimedicadas y carecen de medio de transporte para desplazarse.