Su vida está ligada al arbitraje. David Martín tiene 43 años, 29 de ellos los ha pasado en las canchas de baloncesto como colegiado. «Estoy pitando a los hijos de gente a los que he pitado hace años». Sus primeros años los pasó como 'aprendiz' en aquella Escuela de Árbitros de Castilla yLeón que se pierde en la memoria de los 90s. A partir de ahí, los 'oficiales', los que le han valido el reconocimiento de la DelegaciónProvincial de Baloncesto por sus 25 años de dedicación y más de 1.000 partidos arbitrados. Un reconocimiento «que se agradece».Porque como dice la frase, 'ni pagado ni agradecido'.En este caso sí se lo han sabido agradecer y reconocer.
Abulense, vinculado a Mirueña de los Infanzones, desde los 13 años comenzó en esto del arbitraje. «Entré de casualidad, por un amigo de mis padres, Francisco Miguel López Sanz» responsable de la Delegación Provincial de Baloncesto entre 1990 y 2012 y del que guarda un gran recuerdo. «Con él se hicieron muchas cosas, entre otras se potenció el baloncesto a nivel de provincial. Era donde realmente se aprendía a arbitrar» recuerda de aquellos años con equipos en El Tiemblo, Hoyo de Pinares,Candeleda, Arenas de SanPedro,Arévalo... «Eran equipos de jugadores con experiencia y donde se aprendía mucho». Se metió en todo esto «por casualidad», de la mano de Paco López y su hijo Carlos. «Me preguntó si quería ir a entrenar con ellos». Y allí fue. «Comencé a arbitrar y me gustó. Comienzas como mesa de anotación, te lanzas a arbitrar partidos. Los primeros en liga escolar» en aquellos Juegos Escolares de entonces. «Era otra época. Pasé a Liga Autonómica y Primera Nacional». Ahora es árbitro en LigaAutonómica. «Ya lo hago más por hobbie, pero me sigue gustando porque me veo bien arbitrando. Creo que puedo aportar y enseñar muchas cosas a los chavales jóvenes».
Reconoce que la figura del árbitro no es sencilla. «Es una figura difícil. Es complicado que jornada tras jornada la grada te descalifique, te insulte.Para la gente que está comenzando es muy difícil. Que jornada tras jornada te descalifiquen es muy duro. Es normal que la gente no quiera meterse en esto» lamenta. Él ya sabe cómo 'torear' estas situaciones. Es perro viejo en la profesión. Tiene claro que «una cosa es criticar la jugada o valorar el criterio del árbitro y otra cosa es el insulto» señala David ante uno de los problemas a los que se enfrenta el arbitraje día a día en el deporte. «No se puede dejar de lado que el colectivo arbitral.Es un colectivo importante.Sin los árbitros el baloncesto ni crecería ni existiría» reivindica ante esta situación.
Pese a todo lo que pueda haber alrededor, lo disfruta. «Se es árbitro porque gusta» señala. Igual que tiene pasión el que juega en la cancha, la tiene el que dirige el partido. «Si el partido ha salido bien, yo acabo orgulloso, contento. Igual que el equipo que gana el partido sale contento, nosotros salimos orgullosos del arbitraje». Como «orgulloso» se siente de esta vida en las canchas. Por sus 25 años ha recibido la insignia de plata. Cumplir otros 25 años y celebrar una 'bodas de oro' con el arbitraje parece mucho pero «quién sabe». Empezó en esto por casualidad y mira hasta donde ha llegado.