La novela que Trapiello quiso escribir toda su vida

Leticia Ortiz (SPC)
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El escritor vuelve a la ficción con 'Me piden que regrese', una historia ambientada en 1945 en un Madrid deslumbrante y sombrío a un tiempo, plagado de intrigas en medio de la represión

Trapiello eligió el legendario restaurante Lhardy para presentar su nueva obra como símbolo de aquel Madrid que es escenario y protagonista de su libro. - Foto: Juan Lázaro

La cita es en Lhardy, uno de los cada vez más escasos lugares de Madrid donde conviven en armonía pasado y presente, donde todo lo que ocurre es nuevo pero impregnado de la sensación de que ya ha ocurrido cientos o miles de veces en ese mismo lugar. Acompaña además el día, tan gris que ni siquiera parece Madrid, donde el cielo siempre tiene ese azul brillante tan especial. Andrés Trapiello aparece gabardina en ristre, con un porte de dandi que fácilmente le podría convertir en un personaje de su nueva novela. Vuelve a la ficción y lo hace con una historia de espías, pero también de amor; de represión, pero también de reconciliación; de glamour, pero también de casticismo. Porque no todo en la vida, ni en la literatura es blanco o negro, todo tiene sombras y brillos. Incluso España y su Historia. «Es la novela que he querido escribir toda mi vida» subraya el escritor sobre Me piden que regrese, su vuelta a la ficción.

Ambientada en 1945, una época que conoce a la perfección por sus libros e investigaciones anteriores, narra la historia del espía Benjamin Smith (o Benjamín Cortés) que regresa a España para realizar una misión en una capital que sigue intentando recomponerse de los terribles efectos de la Guerra Civil. Allí se encuentra con la joven aristócrata Sol Neville, acostumbrada a los desfiles de Balenciaga, los salones del Palace y las fiestas en Pasapoga. Vencidos y vencedores. Dos Españas. Pero con una oportunidad para la reconciliación. «Es la historia de dos personas que son enteramente libres y solo porque son libres pueden acometer lo que ellos hacen en contra de sus respectivos bandos», detalla el autor, que asegura que necesitaba dos personajes que, aunque representasen «el drama de España» no estuvieran marcados de manera directa por la Guerra Civil, aunque «sean igualmente víctimas». 

Lugar de reconciliación

«No es una novela política, ni de la Guerra Civil ni de la posguerra. Es una historia que ocurre en el peor momento de la Historia de España, pero en la que no se blanquea ni se ennegrece nada. Todo aparece con las sombras adecuadas y con los brillos adecuados», señala un autor que solo espera que los lectores se acerquen a la novela. Insiste en ello varias veces, convencido de que la literatura «es el lugar de la reconciliación y el encuentro», sobre todo en un país dividido. «Llevaba más de tres décadas queriendo escribir una novela en la que las dos Españas aparecieran integradas y resulta que es la que menos me ha costado y con la que estoy más conforme», señala.

Evita entrar en temas de actualidad -«recordando a Umbral, yo he venido a hablar de mi libro»-, aunque no oculta su malestar por haber sido un escritor «marcado». «Mi nombre sugiere una sombra. Es así. Es el ambiente que vivimos en este país», se lamenta. «Ese tipo de malentendidos han hecho mucho daño. No puede ser que haya quien expida certificados de fachosfera o no fachosfera en un país democrático y liberal como aquel que quería Chaves Nogales», insiste antes de reconocer que a sus 71 años, «o esos creo que tengo», ya espera «poco de la vida y mucho de los lectores». Esos lectores que espera conquistar con Me piden que regrese, la novela de la que Andrés Trapiello, que no sabe si escribirá más novelas -«me queda una o ninguna»-, «está más conforme». 

Al salir de Lhardy el cielo sigue gris. Y el calendario continua marcando 2024. Aunque por momentos parece que Madrid vuelve a llenarse de espías... Y de amor.