El proyecto para mejorar la iluminación de los monumentos de Arévalo da un paso más en su camino para hacerse realidad. El Ayuntamiento de la localidad ha licitado el contrato de la obra de iluminación monumental de Arévalo, una instalación que cuenta con un plazo de ejecución de un mes y que, con un importe estimado de 319.000 euros (sin impuestos), busca potenciar los entornos de valor patrimonial diseminados por todo el casco urbano de la localidad, considerada Conjunto Histórico, al tiempo que mejorar la eficiencia y el ahorro energético de las instalaciones existentes. Las empresas interesadas tendrán hasta el 10 de diciembre a las 14 horas para presentar las ofertas.
En concreto, y según se refleja en el proyecto del pliego, se han identificado diez zonas de actuación independientes, las iglesias de El Salvador, Santo Domingo, San Juan, San Martín, Santa María, San Miguel y San Nicolás, el Arco y Puerta de Alcocer, el Palacio Ballesteros Roquillo y Sedeño (restos de fachada) y el Castillo de Arévalo. Los diez espacios fueron definidos tras una reunión con el Consistorio para plantear los puntos de interés a abordar, a lo que le siguieron visitas diurnas con personal técnico para analizar las características y dotaciones de los enclaves y visitas nocturnas para estudiar la situación actual que presentan los sistemas de iluminación instalados.
Según el estudio, se replantea la iluminación de una serie de monumentos del Conjunto Histórico de Arévalo con una metodología distinta a la tradicionalmente aplicada en este campo. En este marco, se apuesta por el concepto de urbanismo de la luz para «conciliar la vida nocturna de los habitantes con su descanso, sin vulnerar las leyes de la noche y del medio ambiente y, si es posible, poniendo en valor sus rincones y joyas arquitectónicas según un guión razonado», al entender que la iluminación artificial puede cobrar «un nuevo sentido cultural».
También se tiene en cuenta que el «imperativo de la lucha contra el cambio climático obliga a poner en primer término los aspectos derivados de la conservación del medio ambiente», de ahí que se tenderá «al mínimo empleo de energía que permita conseguir un resultado acorde» al objetivo.
Los criterios para el desarrollo de los proyectos por monumento se resumen en que la iluminación ornamental es una intervención en el patrimonio histórico, lo que implica evitar cualquier daño a su fábrica; la preservación del cielo nocturno; unos efectos medioambientales adversos mínimos y el empleo de tecnología LED de alta calidad. En principio se opta por un planteamiento de representación lo más fidedigna a la luz natural del propio edificio.
En la vista panorámica de la ciudad llama la atención la profusión de torres de las iglesias, de ahí que uno de los objetivos de esta primera intervención pase por dar una imagen de las mismas en plano de igualdad para acentuar esta particularidad. Así, se contará con accesorios de control y lentes específicas para reducir la dispersión de la luz y se presentará especial atención a la contención. En las torres se contará con una iluminación general desde el interior del campanario a la que se sumará el delineamiento de sus arcos, mientras que en los proyectos la jerarquización atenderá al estado de conservación de los mismos, prestando especial atención a las iglesias de San Martín y Santa María, así como al Castillo y arco de Alcocer. Además, se mantendrán todos los puntos de proyección tradicionales que resulten útiles, manteniendo lo esencial de las instalaciones eléctricas de las que se derivarán los tendidos a los nuevos puntos de luz.