Mi mamá es la más guapa. La más buena. La mejor. La más lista. La más cariñosa. Quienes tenemos hijos, y también los que nos recordamos siendo niños, hemos recibido y pronunciado estas frases en muchas ocasiones, siempre seguros de que estas afirmaciones son totalmente ciertas y emocionados de saber que para los niños no hay nadie tan bueno, cariñoso y guapo como su mamá (con permiso de los padres).
Da igual si la maternidad es numerosa, biológica o adoptiva. O si los hijos aún son bebés o si ya se han independizado. Lo cierto es que este primer domingo de mayo las mamás son las protagonistas y las receptoras, en muchos casos además, de poemas, canciones, manualidades, flores o regalos con los que sus hijos tratan de demostrarles su caiño y devoción. También de los 'te quiero' y de los 'eres la mejor mamá del mundo' que por mucho que pasen los años, y más allá de la niñez, nunca deberíamos dejar de decir a nuestras madres.
Cuatro madres de Ávila, algunas con amplia experiencia y otras recién estrenadas, reflexionan sobre la maternidad con motivo de este primer domingo de mayo.
María Martín Gutiérrez, mamá de Marieta (10 meses)
"Qué sea feliz». Ése es el objetivo de María Martín (y de su marido Diego) cuando piensan en su hija Marieta, el precioso bebé de mirada curiosa y sonrisa perenne que llegó a sus vidas en junio del año pasado para poner todo patas arriba. «Una pequeña gran revolución», como dice una canciones de Izal que María le canta a su hija, que ha hecho que todo en la vida de este matrimonio haya «pasado a un segundo plano». «Marieta ha sido tan deseada como esperada», asegura esta madre primeriza que, pese a lo cansado de la crianza, afirma con rotundidad que «ser madre es lo más maravilloso del mundo». Es más, afirma esta licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y maestra de infantil que después de la pandemia montó una empresa de restauración y alquiler de autocaravanas, que muchos días al mirar a su precioso bebé no puede evitar preguntarle a su marido «cómo hemos sido capaces de vivir todo este tiempo sin nuestra 'Pizca'». Y es que Marieta ha supuesto un antes y un después en la vida de María (y de Diego), que asegura que ser madre «es mucho más bonito de lo que imaginábamos».
«Sentimos que nos han hecho un regalo desde arriba», dice ella al referirse a lo bendecidos que se sienten con la llegada de una niña cuyo nombre es homenaje a su tío Javi, el hermano pequeño de su madre con síndrome de Down, que falleció hace tres años y que a ella cariñosamente le llamaba «Marieta».
María Jiménez , mamá de Daniela (11 años)
Daniela tiene 11 años y aunque a María, su madre, le cueste creer lo rápido que ha pasado el tiempo, ya casi está a punto de alcanzar en estatura a su mamá. «Pasa volando», afirma esta abulense al echar la vista atrás y recordar el nacimiento de su única hija que el próximo curso pasará a la ESO. Un niña «muy buena, responsble y sensata» que con su llegada cambió la vida de María y su marido, Óscar, a mejor. «Nadie te prepara para ser madre, nadie te dice lo duro que es o lo poco que se duerme», apunta esta mamá al hablar de los primeros meses de vida de su hija que tan lejanos parecen ya. Por eso, desde la lejanía del tiempo y con la experiencia de la maternidad, María lo tiene claro y a las futuras mamás les recomienda que «traten de priorizar porque cuando una es madre no se puede llegar a todo». Una prioridad que en su caso desde hace once años es Daniela con la que comparte no solo muchísmos momentos sino infinidad de conversaciones. «Es muy importante hablarles, pero también escuchar», apunta esta madre que siempre vive el primer domingo de mayo como un día muy especial.
Almendra de la Puente, mamá de Sofía (13), Tiago (12), Duarte (7), Rodrigo (5) e Inés (3)
«Las alegrías se multiplican y las penas se dividen». Lo dice Almendra de la Puente, enfermera y madre de cinco hijos, para quien la maternidad «es una vocación». « El mayor éxito de mi vida es la familia que hemos formado; nada es comparable a esa satisfacción y alegría, ni el mayor éxito profesional o económico que pudiésemos imaginar», asegura esta mamá que afirma que en su casa al ser tantos «lo malo se disipa muy pronto porque tienes muchas cosas buenas». Eso sí, pese a que siempre tuvo claro que quería tener varios hijos, entre otras cosas porque tanto ella como su marido forman parte de familias numerosas, Almendra no obvia que la maternidad implica un «sacrificio» y «una preocupación para toda la vida». En su caso, además, al ser muchos la maternidad tiene sus propios retos que, asegura, tienen más que ver con las trabas que familias como la suya encuentran en el día a día que con las dificultades en casa. «No quiero ayudas, pero sí descuentos porque yo invierto mucho en los comercios y voy a aportar cinco personas trabajadoras», apunta esta mamá que este domingo recibirá una gran felicitación multiplicada por cinco.
Yolanda Peñafiel, mamá de Manuel (24), Elvira (21) e Irene (13)
«El amor es el mismo para los tres». Esa es la contundente respuesta a una pregunta que a Yolanda (y también a su marido Fernando) le han hecho muchas veces y que incluso ella misma se hizo otras tantas antes de adoptar a Irene, su hija pequeña, que llegó a casa con diez meses para completar la felicidad de este matrimonio que ya tenía dos hijos biológicos: Manuel y Elvira. «No me siento distinta madre de unos que de otros», asegura con inmensa felicidad al hablar de sus hijos esta madre de familia numerosa que hasta hace cuatro años se dedicó a ser madre «en cuerpo y alma». «Ser madre ha sido mi trabajo. He tenido la suerte y el privilegio de criar a mis hijos y me siento muy orgullosa», reconoce Yolanda al hablar de una decisión que le ha permitido poder «acompañarles en todo». Un acompañamiento que ha dado «sus frutos», dice con orgullo poniendo com ejemplo a su hijo mayor, ingeniero informático, y que recientemente se ha independizado pero que este domingo estará en Ávila para felicitar, junto a sus hermanas, a Yolanda por el Día de la Madre.