Editorial

Sánchez impone su ley y a sus elegidos en los territorios

-

El PSOE cerró ayer, en cuestión de horas, dos crisis internas territoriales, en Andalucía y Castilla y León, que amenazaban con convertirse en un problema para su secretario general, Pedro Sánchez. Los líderes del partido en estas comunidades, Juan Espadas y Luis Tudanca, respectivamente, anunciaron su decisión de dar paso a un lado y no presentarse a la reelección, unas renuncias que responden exclusivamente a la estrategia forzada desde Ferraz. No obstante, en este proceso iniciado para la renovación de los liderazgos socialistas en las comunidades autónomas, la única federación en la que realmente está en juego la autoridad del presidente del Gobierno es en Aragón, donde la ministra y portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, se batirá en primarias con Darío Villagrasa, candidato del ala oficial del partido en esa comunidad.

La gran ventaja para Sánchez en caso de que gane el aspirante avalado por Javier Lambán, actual líder aragonés, es que esa derrota del aparato ya no serviría para dar alas a los críticos de ningún otro territorio, porque ya se habrán resuelto sus respectivos procesos. Antes que a Espadas y a Tudanca, el aparato ya tumbó antes de Navidad al número uno de los socialistas madrileños, Juan Lobato, y convirtió al ministro Óscar López en nuevo líder para competir contra Isabel Díaz Ayuso.

Sánchez no ha parecido preocupado en ningún momento por la resistencia mostrada por  algunos de los secretarios regionales a la orden de abandonar sus puestos, sabedor de que Ferraz dicta sentencia, unas veces con acuerdo y otras sin él. Con estos procesos territoriales trata de blindar el liderazgo orgánico que renovó en el Congreso Federal de noviembre en Sevilla, sin contestación interna, que le permitirá continuar cuatro años más al frente del partido, independientemente de cuál sea el curso de la Legislatura actual, que afronta en extraordinaria debilidad parlamentaria. Consciente de esa precariedad en el Congreso y de las cada vez más difíciles relaciones con los socios de Gobierno, Ferraz se ha asegurado de que los congresos regionales que se van a celebrar en este trimestre supongan un espaldarazo interno para que, al menos, el partido no sea una fuente de problemas.

Cerrados en unas semanas los procesos congresuales, el líder del PSOE deberá imprimir una velocidad más a su acción como presidente del Gobierno y asumir como prioridad la recuperación de la iniciativa en la gestión pública del país. La inercia negativa de los últimos meses, con apenas acción legislativa por la dificultad para sumar suficientes votos, es un mal síntoma que requiere un cambio de rumbo urgente. Sin embargo, es muy posible que el Ejecutivo mantenga la misma línea de acción, que incluye dedicar tiempo a la defensa de los investigados por presuntas tramas de corrupción y hacer que avance la Legislatura. Hoy por hoy ninguna encuesta favorece a Sánchez y resistir 2025 es el objetivo.