"Tendríamos que escuchar más música y bailarla más"

David Casillas
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La Pizarra de David Casillas

Sara Veneros - Foto: David González

Sara Veneros, un nombre para una cantante y compositora que 'suena' muy bien

Gracias. De hecho, mi apellido es López Veneros. ¡Pobre padre mío, que yo le quiero un montón!, pero dejar sólo Veneros me pareció un nombre muy bonito, porque aparte de que sonoramente tiene fuerza, es donde nace un río, lo más limpio.

Seguro que su padre se lo ha perdonado.

Sí, mi padre me ha perdonado ese no poner su apellido. Yo le tengo siempre muy presente, y él sabe que el apellido Veneros es el artístico.

Madre no hay más que una, y padre no hay más que uno.

Claro, y no hay que poner a ninguno por delante de otro. Yo creo que necesitamos la parte masculina del padre y la parte femenina de la madre para integrarlas a las dos en nosotros, y una no es más importante que la otra.

Esa idea que nos imponen sutilmente de ser cada día más excluyentes no cuadra en este caso

No, para nada. La madre tierra es femenina, lo masculino es más la acción, y creo que ambas energías tienen que estar fusionadas y tienen que bailar a la vez, en comunión, para que puedan confluir y para que puedan crear algo nuevo.

Lo de la energía es algo que a usted no le falta.

Eso procuro, y que sea energía en positivo.

Y esa fuerza, grande y optimista, es la columna vertebral de su música, que consigue que sea un idioma universal.

Es que así tiene que ser. La música es el lenguaje universal, el que es capaz de unirnos a todos. Cada día que pasa agradezco más el haberme puesto en el camino de la música, una elección que desde pequeña tuve muy clara, porque me parece que la música genera magia pura.

Que, además, suele ser 'magia blanca'.

Sí, suele ser magia de la buena; aunque cuidado, que a veces la música también se utiliza por el otro lado, porque casi en todo lo que hay en este planeta existen como dos fuerzas opuestas.

Hay élites que nos quieren llevar por el camino del borreguismo y del pensamiento único, y también la música, y eso lo saben muy bien los amos provisionales del mundo, puede alienarnos y llevarnos hacia un camino que de manera muy sutil nos conduzca, por su lenguaje y sus ritmos, hacia donde ellos quieren. O sea, que la música puede ser utilizada para bien o para mal, según.

¿Estamos hablando sólo de reggaeton o de algo más?

Bueno, hay de todo, porque el reggaeton como ritmo no es realmente algo negativo; es un ritmo más, pero sí que es cierto que sus letras están totalmente vacías de sentido. Somos esclavos del ego, esa música se va metiendo en el inconsciente y a la gente joven la está llevando al camino donde ellos quieren, que es el del consumismo, el del pensamiento único, el del aborregamiento.

¿Y cómo con toda la concienciación de igualdad que existe, al menos en teoría, esas letras siguen siendo tan insultantes?

La fuerza de la palabra es brutal, porque crea realidades a veces interesadas. Un investigador japonés, Fusuru Emoto, estudió las partículas del agua: a unas les ponía frases positivas y a otras frases negativas con palabras horribles, y a través de un microscopio adaptado para ello descubrió que las que recibían música clásica o palabras bonitas creaban unos cristales preciosos, maravillosos, y a las que enviaba sonidos negativos tenían unas formas totalmente distorsionadas. Y a nosotros eso mismo nos afecta de igual manera, porque estamos hechos de agua en gran parte. 

¿Y tal como tenemos el partido de revuelto, qué música pondría usted en el Congreso?

Yo les pondría a bailar a todos los que están allí. Antes de entrar al Congreso les sacaría todos los demonios que llevan dentro con música de baile de la liberadora, luego les pondría un poquito de música clásica y luego ya iría tranquilamente a hablar de una manera más racional y que generaran ejemplo para los ciudadanos, porque el modelo que nos dan ahora es mejorable.

Partiendo de Ávila ha llegado con su música a muchas partes del mundo, ¿conseguirlo saliendo de una provincia tan humilde es más difícil?

Yo creo que no, que a la hora de hacer las cosas da igual de dónde partes, lo importante es hacerlas bien. El camino del músico independiente no es fácil a la hora de darse a conocer al mundo, es muy complicado, exige mucha insistencia, pero da igual que seas de Ávila, de Burgos o de Madrid.

¿Y algo de identidad sí da la tierra, o eso es sólo un tópico?

No sé; sí puedo decir que Ávila me encanta y que haber nacido aquí me ha dado esa introspección espiritual que hace que yo sea quien soy. Yo escribo a las montañas y a la naturaleza por el hecho de haber pasado todos los veranos en Gredos, porque mi madre es de Hoyos del Espino, y he recorrido las montañas con un referente para mí y para muchos abulenses de mi generación que es José Luis San Juan, al que quiero muchísimo y siempre tengo presente.

Es que eso es vivir muy cerca del cielo, de un cielo limpio..., todo un privilegio.

Sin duda, y de hecho tengo una canción que habla de eso, que se llama Mi tierra, en la que hago un homenaje a Gredos, a la tierra. Y mis letras son de raíz porque realmente yo siento la tierra dentro; para mí es muy importante la naturaleza, tanto que puedo decir que me ha salvado la vida.

¿Y cómo podemos ser tan necios de maltratar lo que nos da la vida?

Creemos que la tierra nos pertenece pero es al revés, nosotros le pertenecemos a ella. Ocurre que cuando uno está al servicio de su ego y no de su corazón, de su alma, de su espíritu, genera realidades que no son acordes con la vida. Todo lo que no es acorde con la vida no es acorde con la naturaleza y por eso creemos que podemos explotar a la tierra de una manera cruel, en el peor sentido de la palabra.

Y la posible excusa de la ignorancia ya no nos vale...

Quizás durante un tiempo ha habido mucha ignorancia también, en el sentido de no saber el daño que realmente estamos causando. Pero yo creo que, en la medida que nosotros vayamos conectando con esa parte nuestra, florecerá de otra manera  la realidad. Yo soy muy optimista y pienso que estamos a tiempo de revertirlo, además de que la naturaleza por sí misma se regenera a una velocidad espeluznante.

Y si todo esto lo hacemos con música, con buena música, mucho mejor, ¿no?

Claro, yo creo que si la música estuviera más presente en nuestras vidas escucharíamos más la música de nuestro corazón. Lo que tenemos que hacer a veces es también silencio, que es muy importante y que también está en la música. Tendríamos que escuchar más música y bailarla más, y fundirnos con la música y con el cuerpo, y después de escuchar y de soltar, respirar y escucharnos dentro, porque hay tanto ruido fuera que no nos escuchamos.