Jesús Sánchez Adalid, narrador que ha conseguido en el género de la novela histórica un merecido reconocimiento –tanto por la calidad de su escritura como por lo atinado de su aproximación a los momentos del pasado que elige para recrear– pasó por Ávila para presentar una novela muy oportuna en el tiempo en la que realiza un novedoso acercamiento a la figura siempre viva de Teresa de Jesús, titulada Y de repente, Teresa (Ediciones B), en la que desvela algunos capítulos poco conocidos de la vida de la mística abulense que revelan los grandes problemas que tuvo con la Iglesia de su época, cuya superación hizo aún más grande y valiosa su singular obra.
En el acto de presentación del libro, que para darle un significado especial tuvo lugar en el convento carmelita que se levantó sobre la casa natal de Teresa de Cepeda, Sánchez Adalid comentó que «los inquisidores no se fiaron nunca de la obra escrita ni de la obra fundadora de Teresa de Jesús, sospecharon de ella porque pensaban que era una alumbrada», la integrante de «una secta metarreligiosa cuyos miembros se presentaban frente a los demás como santos pero que lo que buscaban eran intereses bastardos».
Fue necesaria no solamente la gran fuerza y determinación de Teresa de Jesús, fundamental, sino también los apoyos «de grandes personajes de la época» y algo de suerte para que la mística abulense pudiese llevar a cabo su ambiciosa obra, ya que «buena parte de la sociedad fue muy sospechosa hacia ella porque consideraba que era una falsaria, una engañadora».
Todo eso lo cuenta Sánchez Adalid en esta novela, para la que asegura que ha necesitado una gran labor de documentación, una obra que considera que ayuda «no sólo a entender un poco mejor a Santa Teresa sino también a insertarla mejor en su tiempo, algo fundamental para conocer de la mejor manera posible el alcance de su legado».
El resultado de la novela, reconoció su autor, «me hace sentirme muy contento, porque hasta ahora todos los que han leído la obra, tanto creyentes como no creyentes, me dicen que les está encantando, y eso es lo mejor que te puede pasar».