Dani Rincón no para. Cinco días de vacaciones en estas Navidades, apenas dos de ellos en su casa. Y eso, hasta cierto punto, puede ser una buena señal. Concluyó para el tenista abulense el 2023 en lo competitivo hace apenas unos días con el V Máster Mapfre y comenzará el 2024 –el 1 de enero– muy lejos de Ávila, nada menos que en Canberra, Australia, con el ATPChallenger P2 Advisory Canberra International, antesala de lo que será uno de los principales objetivos que se había marcado y un sueño cumplido de antemano.Porque Dani Rincón disputará el cuadro clasificatorio del Open de Australia. El 2024 comenzará para el abulense de la mejor manera posible. «Me hace mucha ilusión.Siempre veía los Grand Slam por la televisión y ahora, aunque sea la previa, voy a jugar uno». Conseguir la clasificación para Australia era el principal reto que se había marcado el tenista abulense. Lo consiguió en septiembre. Será su primer Grand Slam como profesional. El primer reto lo ha conseguido. El segundo, pasar de la fase clasificatoria «o mejor aún clasificarse para la fase final» valora.
El 2024 comenzará recogiendo los frutos deportivos de un 2023, su segundo año en el circuito profesional, «que en líneas generales ha sido bastante bueno» aunque el tenista abulense le pone sus 'peros' particulares. «Me ha quedado la espinita de saber cómo hubiera ido el año de haber competido a un nivel más regular» confiesa tras una temporada «un poco irregular» en lo que a nivel y resultados se refiere. «Comencé compitiendo muy bien en enero» cuando llegaron las dos victorias en los ITFM25 Manacor «para pasar después por dos, tres meses en los que no terminaba de ganar muchos partidos». Con la llegada del verano regresaron los buenos resultados. «Volví a coger una buena racha». Aunque no llegaron los títulos, alcanzó las semifinales de los Challenger de San Benedetto del Tronto,Tampere,SanMarino oMallorca para volver a pasar, aunque con una lesión de por medio, «por otro par de meses en los que no ganaba muchos partidos». Altibajos que no impiden calificar de bueno el 2023, como bien refleja el ranking de la ATP, donde ha subido del puesto 420 al 181 con el que ha cerrado el 2023.
Esa regularidad que ha echado en falta no es fácil de conseguir a estos niveles. Unas veces las lesiones, otras los rivales, la propia cabeza... «Al final por eso es tan difícil llegar al 'top-100' o más arriba.Son muchos puntos los que hay que conseguir, no te vale con ganar tres o cuatro torneos. Al final tienes que ganar esos tres o cuatro pero en el resto de torneos que cuentan debes hacer cuartos o semifinales y eso es lo que creo que me ha faltado. Quizás es lo más complicado de este deporte. En mi etapa júnior sólo conseguí ser regular en mi último año –precisamente en el que conquistó el US Open Júnior– y a nivel profesional es lo que más me está costando».
Es su segundo año en el circuito profesional y pese a todos los 'peros' que pueda encontrar, «estoy muy contento». El 2022 «me costó adaptarme a los Futures pero a final de año ya gané alguno. Este año adaptándome al circuito Challenger no he conseguido ganar ninguno pero he hecho cinco semifinales. Me voy adaptando a mi ritmo. Cada uno va a su ritmo. No soy como Alcaraz o Rune, que se han saltado las etapas muy rápido, pero estoy contento con mi progresión y espero seguir así los próximos años».
No le gusta ponerse «objetivos de ranking» pero «está claro que todo el mundo lo mira. Estoy en el 181, entrar en el 'top-100' es el sueño de cualquier jugador y tengo la oportunidad. Está cerca y a la vez está lejos. Aunque apenas sean 80 puestos me faltan muchos puntos pero podría ser un objetivo de cara al 2024».
No para, el calendario está repleto de torneos y viajes. «Es duro. Es la parte más complicada de esto, es lo que no se ve. La gente ve las cuatro o cinco semanas en las que ganas o haces finales o semifinales, pero te tiras 35 semanas fuera de casa, viajando, cogiendo aviones, estando en hoteles, en ocasiones no son los mejores sitios... Hay que hacerlo. En júnior apenas cuentan 6 torneos pero en ATPte cuentan 18, por lo que tienes que jugar muchas más semanas. Es lo más difícil» pero así es esto. «Es como cualquier trabajo. A ninguna persona le apetecerá ir todos los días ocho horas a la oficina. Creo que tengo la suerte de que puedo vivir del tenis y trato de disfrutar lo máximo posible. Hago lo que me gusta. Soy afortunado»