Hijos que insultan, amenazan y agreden físicamente a sus progenitores, abuelos o adultos de los que dependen. Aunque sea una realidad de la que prácticamente no se habla, lo cierto es que la violencia filio-parental se ha convertido en un problema social de importancia, como así lo demuestran los más de 4.300 expedientes abiertos el pasado año en nuestro país a jóvenes por agredir a sus progenitores. Un problema que en el caso de Ávila va en aumento teniendo en cuenta que el pasado año se incoaron 28 procedimientos por este delito; el triple que en el año de la pandemia, cuando las denuncias de padres a hijos por este motivo en esta provincia fueron  8 en total, según el estudio 'Violencia filio-parental en España. Datos 2022' elaborado por la Fundación Amigó en base a las memorias de las Fiscalías de Menores de las distintas comunidades autónomas. 

Es más, Ávila es la provincia de Castilla y León donde más expedientes se abrieron contra jóvenes por delitos de violencia filio-parental. De hecho, una de cada cuatro denuncias de este tipo presentadas el pasado año en la comunidad se realizaron en Ávila y solo Soria, con una veintena de expedientes abiertos por este motivo, se acerca al dato abulense. Le siguen, por número de expedientes incoados contra jóvenes agresores, Valladolid, con 13 casos; Palencia y Burgos, con una decena en ambas;Segovia y Zamora, con 8 expedientes, respectivamente; Salamanca, con 7, y León, con media docena de denuncias por violencia filio parental el pasado año.  

Con respecto al año anterior, los casos de violencia filio parental también han aumentado en Ávila, pasando de los 18 expedientes de 2021 a los 28 con los que se cerró el pasado año, según el referido estudio. 

La Fundación Amigó precisa que la violencia filio parental abarca «el conjunto de conductas reiteradas de violencia física, psicológica o económica, dirigida de los hijos e hijas a sus progenitores, o a aquellos adultos que ocupan su lugar, indicando que «no son agresiones puntuales que se producen en estados de disminución de la conciencia y que desaparecen cuando ésta se recupera» ni tampoco aquellos episodios violentos que se producen a consecuencia de una deficiencia mental grave, ni siquiera el parricidio sin historia de agresiones previas. 

«Nos encontramos ante un fenómeno que requiere de respuestas especializadas para poder abordarlo y conseguir que todos los miembros de la unidad familiar puedan reconducir la situación y retomar el vinculo afectivo», apuntan desde esta fundación cuyo objetivo es contribuir a la «transformación social e individual de las personas excluidas y vulnerables» y cuyo trabajo focaliza especialmente en la infancia y juventud en dificultad y en sus familias. De hecho, el objetivo de este informe es «sensibilizar y concienciar sobre un problema existente» en nuestra sociedad y que lejos de ir a menos se aumenta año tras año con el agravante de que muchas veces este tipo de violencia es invisible y queda oculta en el ámbito familiar. 

En total, y en el conjunto del país, el pasado año se incoaron 4.332 expedientes a jóvenes por agresiones en el ámbito familiar, lo que supone un descenso respecto a los casos de este tipo del año anterior, cuando las denuncias por este tipo de violencia fueron 4.740 en el conjunto nacional, según indica la Memoria de la Fiscalia General del Estado de la que se hace eco la Fundación Amigó en este informe. Una disminución que contrasta con el incremento de expedientes incoados en la provincia de Ávila en el último año y en relación con el ejercicio anterior.