La expectación era máxima. El título de MotoGP, la categoría reina del motociclismo, no estaba decidido y Valencia, última prueba del calendario, iba a dictar sentencia, convirtiéndose en el epicentro mundial de las dos ruedas. Dos aspirantes -el vigente campeón, Pecco Bagnaia (Ducati Lenovo) y Jorge Martín (Prima Pramac)- llegaban con opciones de alzarse con la gloria. El español ganaba la carrera al esprint del sábado y ponía todavía más emoción. Sin embargo, Martín, que estaba luchando con Pecco por la primera plaza el domingo, se fue largo en una de las curvas y, un par de vueltas después, se llevó por delante al ocho veces campeón del mundo, Marc Márquez, que dejaba el equipo Repsol-Honda tras 11 años juntos. Las esperanzas de Martín se fueron al traste y el italiano se hacía de nuevo con el campeonato tras vencer también en el circuito Ricardo Tormo.
El balance nacional del Mundial fue positivo: Jaume Masià se llevó la corona de Moto3 y Pedro Acosta, que dará la próxima temporada el salto a la categoría reina, hizo lo propio en Moto2. España sigue siendo un referente en un deporte que continúa buscando nuevos talentos, en el que la presencia de las mujeres en los equipos es una tónica cada vez más habitual y que este año ha conseguido captar a más público.
Protagonistas
Claudia del Bas es la 'team coordinator' del equipo de Moto3 MT Helmets - MSI. Ella se encarga de la logística de toda la gente que trabaja en la escudería y la relación con la organización, Dorna. Este es su segundo año en el cargo y lleva casi 12 años en el mundillo, donde ha pasado por los departamentos de comunicación y patrocinios. Claudia estudió periodismo con la mente puesta ya en el motociclismo, para, posteriormente, hacer prácticas en la revista SoloMoto y de ahí comenzar a cubrir las grandes citas del Mundial. «Un equipo como el nuestro puede gastar solo en vuelos a lo largo de la temporada unos 100.000 euros. Con hoteles la cifra puede ascender a los 200.000 en nuestro caso, que es un equipo de Moto3 y solo movemos a unas 14 personas», explica desde el 'box' de su escudería.
Es indudable que la presencia de las mujeres ha ganado peso y desempeñan funciones en cualquier departamento de los equipos.
El ‘paddock’ es un hervidero de gente que se traslada en moto, patín o a pie.Uno de los pilotos del equipo es el brasileño Diogo Moreira, que el próximo año dará el salto a Moto2. Empezó con cuatro años a competir y uno antes se subió por primera vez a una moto. «Mi padre hacía motocross y es ahí donde yo también empecé, hasta que, con 10 años, me pasé a la velocidad. En 2007 me trasladé a España y empecé aquí. Es complicado compaginarlo con la vida personal. A mí me gusta mucho estar en casa y aquí estás todo el día fuera, viajando», comenta Moreira, que desvela que el salto de categoría lleva aparejado un cambio de la preparación física, debido a que el peso mínimo en Moto2 es más alto y debe coger como poco tres kilos.
Este joven de 19 años confiesa que cuando está sobre la moto compitiendo no piensa en nada, ya que, como explica, «si piensas vas más lento y yo intento no pensar y así salen fáciles las cosas, es la manera de ir rápido».
El brasileño fue captado por Estrella Galicia 0,0, con la inestimable ayuda del campeón de la década de los noventa Álex Barros, en su afán por apoyar y fomentar el talento entre las grandes promesas del motociclismo. Los hermanos Márquez, el propio Bagnaia o Álex Rins también han contado con el respaldo de una marca que lleva vinculada a MotoGP una década y que este año ha dado un paso más convirtiéndose en 'partner' oficial del campeonato como cerveza oficial. Hoy, si se analiza la parrilla de la categoría reina, aproximadamente el 50 por ciento de los pilotos han pasado en algún momento por la cuna de talentos de Estrella Galicia 0,0.
Jorge Martín celebra su victoria en la ‘Carrera Sprint’ del circuito Ricardo Tormo. - Foto: AFP7 vía Europa PressLa compañía trabaja de la mano con Dorna con una clara apuesta por la economía circular. «El combustible de MotoGP va a ser sintético a partir de 2026 y también queremos ayudarles para ver cómo se puede mejorar el reto logístico como evento para poder 'manchar' lo menos posible en cada una de las pruebas. Haber dado el paso de cliente a 'partner' es fundamental para la internacionalización de nuestra marca», manifiesta José Villanueva, responsable de patrocinios deportivos de una compañía que ofrece experiencias inversivas de calidad, para mostrar, desde otro punto de vista, el universo del campeonato por dentro, donde el olor a gasolina y a goma quemada y el ensordecedor ruido de los motores se entremezcla con experiencias únicas con los propios pilotos.
Correr con dolor
Todo sucedió muy rápido. Una caída en la carrera al esprint de Italia ha marcado su curso. La lesión fue muy importante. Su tibia se destrozó, estalló literalmente, y pequeños trozos de hueso quedaron diseminados por su pierna. Después de pasar por varias operaciones, Álex Rins, tercer piloto de MotoGP en 2020, confiesa que, tras probarse en Indonesia y en Australia, todavía corre con dolor, algo que le impide ir rápido. «Ahora la verdad es que me siento mucho mejor. El hueso no está soldado del todo y replicar el esfuerzo que haces en la moto es complicado porque no hay nada parecido. Son muchos los tornillos que llevo. Estas motos corren mucho y, para controlarlas, el estado físico es fundamental», puntualiza Rins, que detalla que cuando tiene que correr detrás de su hijo de dos años no puede hacerlo normal, mostrando la radiografía de su pierna tras las cirugías.
A los tres años su padre le regaló un 'quad' y su primera carrera la completó cuando contaba con seis. En su casa siempre hubo auténtica pasión por las dos ruedas. También desvela que su mujer nunca ve sus carreras, los nervios se lo impiden. «Cuando salgo a pista se queda detrás del 'Motorhome' jugando con mi hijo Lucas. Es lo bueno de Valencia. Han podido estar aquí», sostiene con una sonrisa en el rostro.
Rins relata lo complicado que es pilotar MotoGP. Hay que gestionar muchas cosas al mismo tiempo; neumáticos, mapa motor, frenada, apenas tienes tiempo para pensar, pero, poco a poco, vas recuperando esas sensaciones. «Cuando salí de la operación, ya pregunté si podía pilotar al mes. Yo no era consciente de lo que tenía. Cuando me di cuenta fue duro. Yo quería volver lo antes posible, pero me han echado el freno. No me imagino la vida sin motos. Mi mujer me dice que qué voy a hacer después y le digo que solo tengo 27 años. No me lo he llegado a plantear. Llevo cinco meses y solo he participado en dos carreras, sin hacer algo importante y la temporada que viene me quiero resarcir», explica ilusionado.
Los periodistas, en plena faena en una sala de prensa abarrotada.Son muy pocos los pilotos que consiguen llegar a MotoGP. Rins admite que su equipo es el que le ayuda a tener los pies en el suelo. «Mi mujer, mi fisio, mi psicólogo... A mí me ha venido muy bien tener un psicólogo, porque ha habido momentos de ira, de emociones y para controlarlas y sacar el mejor partido ha sido una excelente idea contar con él», concreta el español, que al abandonar su 'Motorhome' es parado por multitud de aficionados, muchos de ellos menores de edad, que le piden fotos y le animan a seguir adelante.
«Yo creo que los pilotos maduramos mucho antes. Tienes que espabilarte. Yo empecé el Mundial con 16 años y con 20 notabas mucha diferencia con tus amigos», matiza.
La ciudad itinerante
El Mundial de motociclismo finalizó el pasado domingo, con una cita inigualable en Valencia. Esta ciudad itinerante mueve en cada Gran Premio a alrededor de 3.000 personas, un reto logístico mayúsculo. Dos grandes avenidas separan los 'Motorhome' de los 'hospitalities' y los camiones de los equipos, más cercanos al 'pit lane' donde se ubican los 'boxes' de cada escudería. El ambiente es inigualable, con cientos de aficionados haciendo guardia para conseguir un autógrafo o una foto con sus ídolos.
Hay tres puntos neurálgicos donde se concentra más gente. El primero es el restaurante Sverino&Son, un 'hospitality' donde se da de comer a una parte importante de los invitados, que lleva vinculado al motociclismo desde 1996. Es el lugar perfecto para reponer fuerzas, con un menú muy ligado a la cocina italiana tipo bufé que no está reñido con la calidad de su oferta gastronómica. El segundo es el 'hospitality' de Estrella Galicia 0,0, un enclave privilegiado y gran dinamizador del 'paddock' al que acuden invitados, comerciales, distribuidores, periodistas y personal de los equipos para desconectar, hacer un parón en sus maratonianas jornadas y tomar una cerveza mientras disfrutan de una tabla de picoteo. Se puede decir que es una especie de 'bar camuflado', donde se llevan iniciativas como catas, acciones comerciales, visitas para conocer a los pilotos o fiestas como la del pulpo, uno de los productos gallegos por excelencia.
Marc Márquez ‘vuela’ tras el toque con un Martín que se quedó sin opciones de título. - Foto: AFP7 vía Europa PressEl último lugar de relevancia es la sala de prensa, donde cientos de periodistas y fotógrafos confeccionan sus crónicas, realizan entrevistas o siguen las carreras, ya sea desde la tribuna o a través de las pantallas instaladas en la sala. El trasiego es constante, con un espacio habilitado para que los pilotos que han hecho podio puedan dar una rueda de prensa una vez han recogido el trofeo y disfrutado de la gloria y el champán.
MotoGP cierra el curso y los test que se han llevado a cabo en Cheste evidencian que la emoción, con un Márquez dando muestras de su gran clase ya en Gresini Racing, será aún más intensa en 2024.