Mejorar la calidad del agua en las zonas rurales, en especial en los núcleos de población más pequeños que por ende cuentan con menos presupuesto y para los que las soluciones tradicionales de depuración suelen conllevar un esfuerzo inversor en muchas ocasiones es inasumible. Ése es el objetivo del proyecto GestEAUr que van a coordinar y desarrollar el Grupo de Investigación en Ingeniería y Gestión del Agua (IGA) y el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Agua (CIDTA), ambos dependientes de la Universidad de Salamanca y que dirige el catedrático José Luis Molina, profesor también de ingeniería civil, mención Hidrología, en la Escuela Politécnica de Ávila.
La USAL es, de hecho, el principal partner de este proyecto europeo de cooperación interregional que cuenta con un presupuesto global de 1,6 millones, más IVA, y con un periodo de ejecución de tres años a contar desde el 1 de enero de 2024. En total, en este programa que se financiará gracias a los fondos Interreg Sudoe, iniciativa comunitaria relativa a la cooperación transnacional en materia de ordenación territorial y desarrollo regional, participarán 16 socios de tres países: España, Portugal e Italia. Así, además del Grupo IGA y del CIDTA, que contarán con una partida de 425.000 euros para el desarrollo de este proyecto, en nuestro país también son socios de GestEAUr la Diputación de Ávila, Aqualia y la Universidad de Castilla-La Mancha.
El proyecto, explica Molina, desarrollará «una estrategia para mejorar la eficiencia y calidad del agua» en las zonas rurales SUDOE «en un contexto de cambio climático» lo que conllevará llevar a cabo cinco planes de acción para que cuatro organizaciones «puedan mejorar los servicios de provisión y tratamiento de agua». Para ello, prosigue el experto en hidrología, se llevarán a cabo «tres pruebas piloto de soluciones coste-efectivas y sostenibles para potabilización, depuración y reutilización de agua y una herramienta digital para que dos entidades puedan mejorar la gestión del agua». En el caso de Ávila, adelanta el catedrático de la USAL, la prueba piloto se desarrollará en la comarca de La Moraña, mientras que la otra experiencia de este tipo en nuestro país se llevará a cabo en Extremadura, concretamente en la provincia de Badajoz.
En concreto, y en lo que respecta a esas soluciones de depuración de bajo coste, el proyecto apuesta por el empleo de humedales artificiales para mejorar la calidad de las aguas, «lo que implica una tecnología low-cost y la adopción de decisiones basadas en la naturaleza» teniendo en cuenta que los humedales artificiales son zonas construidas por el hombre en las que se reproducen, de manera controlada, los procesos físicos, químicos y biológicos de eliminación de contaminantes que ocurren normalmente en los humedales naturales. En este sentido, explica el director del grupo IGA, la idea es probar «diferentes técnicas de descontaminación» en estos humedales y emplear también «tratamientos pioneros» para depurar el agua.
De hecho, prosigue el también profesor doctor de la Escuela Politécnica de Ávila, GestEAUr «adoptará un enfoque innovador, abordando el ciclo integral del agua de forma holística, lo que implica tener en cuenta todas sus etapas, e irá más allá de la práctica existente, que acostumbra a aplicar las mismas soluciones sean cuales sean las características del territorio dónde se implantan». Así, analizará y probará técnicas, y también combinaciones de técnicas, «coste-efectivas, vanguardistas y basadas en la naturaleza específicas para solventar las necesidades de las zonas rurales del SUDOE».
Además de mejorar la calidad del agua, el proyecto persigue proporcionar «herramientas digitales para optimizar y facilitar su gestión y planificación a través del desarrollo de un software que incorpora incertidumbre y aprendizaje automático». Y es que otro de los objetivos del programa GestEAUr es, además de ofrecer soluciones de depuración de agua low cost, el de dotar a las pequeñas entidades locales de herramientas que les permitan mejorar la gestión del agua.
Objetivo también de este proyecto europeo, que implicará el desarrollo de una experiencia piloto de depuración de aguas en la comarca abulense de La Moraña, es el de «mejorar las capacidades de las autoridades públicas en los tres países implicados en el mismo» y mejorar así mismo «el conocimiento sobre técnicas de potabilización, reutilización y depuración de otras tantas instituciones científicas».
Las zonas rurales del SUDOE, explica Molina, «presentan múltiples retos comunes en relación con el ciclo integral del agua» siendo algunos de los principales la escasez de recursos hídricos, que viene agravada por el cambio climático; el impacto de la actividad agropecuaria en la calidad del agua y la consecuente dificultad de compatibilizar el cumplimiento de la directiva europea; la continuidad de la actividad económica y la disponibilidad de agua potable; y la falta de eficiencia y rentabilidad en la gestión que se complica aún más con «instalaciones obsoletas y pocos medios personales».