El horario comercial, a debate

Eduardo Cantalapiedra
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El debate abierto por la Cámara de Comercio e Industria de Ávila sobre la posibilidad de que los comercios abran los mismos domingos y festivos que en Madrid tiene sus partidarios y detractores entre el pequeño comercio

Jose Luis de Juan, dueño de Disco 70 - Foto: David Castro

El debate sobre la liberalización de horarios comerciales está en la calle. La propuesta planteada por la Cámara de Comercio e Industria de Ávila para que los comercios abran los mismos domingos y festivos que los de la Comunidad de Madrid ha encontrado  detractores, pero también partidarios, entre los pequeños comerciantes de la ciudad.

¿Qué opinión le merece la propuesta de liberalización de los horarios comerciales?

Laura  Hernandez, dueña de la tienda BambanyLaura Hernandez, dueña de la tienda Bambany - Foto: David Castro José Luis de Juan: El pequeño comercio ya tiene aprobada esa liberalización de horarios en la Ley 1/2004, por lo que creo que estamos por delante de cualquier cosa que se quiera aprobar ahora. Si no se abren los sábados por la tarde es por que se ha probado y hemos visto que no da resultado más que en verano, cuando hay turismo. El resto del año no es rentable.

En cuanto al horario libre, si no compensa abrir los sábados durante el invierno porque no hay potencial de clientes, cómo vamos a hacerlo durante 24 horas. Lo que es cierto es que si esa liberalización está aprobada para los comercios de menos de 300 metros cuadrados, a quien beneficiaría una modificación sería a las grandes superficies y en ese caso los pequeños comercios lo único que podríamos hacer es cerrar y marcharnos.

Laura Hernández: Me parece bien. De hecho abrimos de martes a domingo y los puentes, y así aprovechamos así la llegada de turistas, aunque en esta época del año no haya muchos. Si no abriera los puentes mi negocio se quedaría un poco cojo.

Si hay liberalización de horarios se hace grupo, porque si abren todas las franquicias, quizás se crea un grupo de comercio aquí en el centro. Es posible que en los barrios no merezca tanto la pena, pero en el centro sí, porque si viene gente de otras ciudades o pueblos que entre semana no tienen tiempo para comprar y lo pueden hacer aquí los sábados por la tarde o incluso los domingos, es posible que se fomente la llegada de más gente. Es intentarlo.

Desde el punto de vista laboral, ¿qué supondría esa liberalización de horarios?

J.L.J: Los que ya llevamos tiempo y tenemos la plantilla ajustada a unos horarios no tenemos ningún problema. Pero si tuviéramos que doblar el horario, sería necesario ampliar la plantilla o dividir a los empleados en dos grupos, ya que no podemos ponerles a trabajar 16 horas. Según está la situación, coger más gente no es rentable.

L.H: Yo no tengo empleados y no debo hablar de lo que no sé, pero los comercios grandes tienen turnos y creo que no habría problema para cuadrar los horarios un poco mejor.

¿Considera que los horarios influyen en el volumen de ventas?

J.L.J: Para nada. Los sábados vemos que para que empiece a funcionar hay que esperar hasta las 12 ó 12,30 horas, porque antes no hay ni turistas.

L.H: Sobre todo los sábados por la tarde. Eso se puede hacer ya por ley, pero primero tenemos que comenzar a concienciarnos de la necesidad de que todos abramos los sábados por la tarde, sobre todo en determinadas épocas del año. Es un día de venta muy importante que estamos perdiendo los demás por no abrir todo el mundo.

La Cámara de Comercio también ha planteado la posibilidad de igualar los periodos de rebajas con Madrid. ¿Qué le parece?

J.L.J: Aquí se planificaron las rebajas de un día al año y realmente hubo movimiento y resultó interesante.

L.H: Al final lo que se hacen son muchas ofertas. Las rebajas no son como deberían, pues tendrían que ser a final de temporada, pero vemos que al final vamos a terminar teniendo rebajas todo el año, todo van a ser ofertas.

¿Por qué cree que se produce la fuga de clientes a otras ciudades como Madrid o Salamanca?

J.L.J: Llevo 40 años en esto y me acuerdo cuando el comercio era continuo, abriendo de lunes a sábado, y realmente la gente que quería comprar en Ávila lo hacía y quien no, se iba a otras ciudades. Eso seguirá pasando aunque tengamos abierto las 24 horas del día, ya que el cliente que va a otra ciudad es por que le gusta o le viene mejor. Da igual abrir ocho que 24 horas.

L.H: La gente busca más tiendas y aquí en Ávila, por mucho que quieras, hay firmas que no van a estar.

¿Qué debe ofrecer el comercio tradicional para competir con las grandes superficies?

J.L.J: Aquí influye solamente la atención al cliente. Desde que entra en la tienda se le dan los buenos días y se le deja que mire, y si hay que ayudar, ahí estamos. Para ello se necesita dentro del comercio gente especializada. En las grandes superficies no ocurre esto, porque ves productos que están maleados y al final lo que te llevas no sabes si está bien o mal. Nosotros damos un servicio que no da nadie.

L.H: Sobre todo abrir los sábados por la tarde y quizás cambiar algo el concepto de atención al cliente, dejándoles un poco más que miren solos, ya que si necesitan algo te lo van a preguntar.

¿Cómo está notando la crisis?

J.L.J: Llevamos tres años de crisis y hemos llegado a un punto muy difícil, en el que muchos comercios van a tener que cerrar. Soy optimista, pero el comercio es como una casa y donde había dos sueldos ahora hay uno y cuando éste se pierde, al final te cortan la luz o el agua.

L.H: Sí, desde hace dos años se nota muchísimo. Este mes estoy haciendo la mitad de ventas. La gente está muy asustada y entiendo que no voy a vender peluches de 100 euros como antes, pero es que no vendo ni los de 100 ni casi los de 30 euros. Gastan menos en todo y hay que adaptarse.

¿Qué soluciones se le ocurren para mejorar esta situación en el pequeño comercio?

J.L.J: Hay países que tienen unos horarios totalmente distintos a los nuestros, a partir de las 8,00 y hasta las 17,00 o 18,00 horas ininterrumpidamente. Sería bueno hacer eso, pero ahí debería implicarse no sólo el comercio, sino también la banca, los organismos oficiales... Creo que así se podría dar un mejor servicio.

L.H: Lo primero, que los políticos se bajen los sueldos y en el plano del comercio, concienciarnos de la importancia de abrir los sábados por la tarde y ser competitivos, aunque creo que podemos ser igual de competitivos que en otras ciudades. También, atender bien a la gente, que no es agobiar.

¿Recibe algún apoyo el pequeño comercio de las instituciones?

J.L.J: Nada. Para qué necesitamos que se apruebe algo que ya tenemos. Veo que es un engaño para el pequeño comercio, porque el que se va a beneficiar es el grande.

L.H: No. Creo que no es un apoyo grande. No veo que se haga nada para intentar que el comercio resurja un poco. El primer ejemplo que tienen que dar es comprando en el comercio de Ávila.