Camino a Jerusalén con la vista en el cielo

M.M.G.
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La procesión de Las Palmas sale a las calles de Ávila pese a la amenaza de lluvia. En su último tramo, eso sí, se ha hecho necesario proteger los pasos ante la aparición del agua

Camino a Jerusalén con la vista en el cielo

La paciencia suele tener premio.Y este Domingo de Ramos, la calma que supieron mantener todos los responsables de la procesión de Las Palmas fue recompensada con creces. Y es que cuando todo parecía perdido, y que la lluvia que (fina, pero constante) caía minutos antes de las doce del mediodía sobre la plaza de la Catedral de Ávila haría imposible sacar los pasos en procesión, la apertura de un claro hizo posible lo que parecía imposible: después de muchas dudas, de reuniones a las puertas del primer templo de Ávila, de mirar al cielo y a los móviles, y de sopesar pros y contras, Jorge Hernández, el hermano mayor de la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, anunciaba que la procesión de La Borriquilla saldría a la calle. 

Junto a él, los padres Franciscanos y los miembros de la Juventud Antoniana aprobaban una decisión complicada que tenía sobre un platillo de la balanza las ganas de todos de salir y, sobre el otro, una amenaza de lluvia que, por desgracia, finalmente hizo acto de presencia, al menos, con el recorrido bien avanzado. Así, a la altura de la calle Comandante Albarrán y a la vista de que comenzaban a caer más gotas, se hizo necesario proteger las imágenes con plásticos, así como aligerar el paso en la última parte del recorrido.

Antes de ese momento, eso sí, los paraguas que aguardaban bajo la lluvia del mediodía la salida del paso de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y el de Nuestra Señora de los Infantes, iban cerrándose poco a poco para poder contemplar con mucha más claridad la procesión que recuerda la llegada de Jesús entre ramos de olivo a Jerusalén.

Acompañados por la banda  'Oración del Huerto y la Veracruz', de Medina del Campo, los cofrades  y los más jóvenes de la Juventud Antoniana cruzaron el umbral de la Catedral delSalvador para comenzar el recorrido que les llevaría hasta el convento de San Antonio. Siempre con un ojo puesto en el cielo, y con alguna gota suelta cayendo sobre sus capas blancas, los miembros de la comitiva recibieron el cariño de los cientos de personas que acudieron a contemplar la procesión a lo largo de todo un recorrido que había tenido su antesala en la celebración eucarística. Presidida por el obispo de Ávila, JesúsRico García, la celebración comenzó frente al imponente trascoro de la catedral abulense, donde tenía lugar la bendición de los grandes ramos de laurel que portaban los fieles.

Aroma de laurel y de incienso, pues, para una sencilla bendición que servía, decía el prelado, para «inaugurar en comunión con toda la Iglesia el Misterio Pascual de la Pasión yResurrección de Cristo».

«Concédenos entrar a la Jerusalén del cielo», pedía RicoGarcía instantes antes de comenzar la pequeña procesión que llevó el grupo del trascoro al altar.

La tradición lectura de la Pasión de Cristo en el Domingo de Ramos marcaba la ceremonia en una catedral llena de fieles y a la que asistieron atentos en primera fila los niños, los protagonistas del día.

Traslado. Por otra parte, el traslado de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, previsto para la tarde del Domingo de Ramos, pudo realizarse con normalidad, al dar la lluvia tregua a esas horas.