El sector agroalimentario de Castilla y León goza de buena salud, pero se enfrenta a retos y desafíos ante los que debe fortalecerse. Bajo esta premisa, Vitartis -la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León- presentó este lunes en Ávila los resultados de la Estrategia para el Fortalecimiento del sector en nuestra comunidad autónoma, un documento exhaustivo elaborado por el Área de Estudios y Publicaciones de Cajamar que arroja «la radiografía» de un ámbito económico «estratégico y fundamental, no solamente en nuestra región, sino en España», destacó su presidente, Santiago Miguel Casado, en la gira que está realizando por las distintas provincias. Prueba de su peso en la economía regional es que la actividad agroalimentaria aporta el 14% del Valor Añadido Bruto de Castilla y Léon, mientras que en el del conjunto de España la aportación del sector es del 7,5%, precisó Jaime Atance, director de Estudios de Grupo Cajamar.
La actividad del sector genera una producción superior a los 14.300 millones de euros y más de 50.000 empleos. Precisamente, el hecho de que el 45% de las empresas agroalimentarias se asienten en el medio rural convierte a este sector en un «motor» que permita «sujetar esa población, incluso hacerla crecer» precisamente para tratar de revertir el fenómeno que se ha empezado a llamar España despoblada», advirtió Santiago Miguel Casado, quien subrayó que en el caso de Ávila el agroalimentario «es un campo abierto» que ofrece «interesantes expectativas de futuro en toda la provincia, también en el medio rural», con importante implantación de «empresas familiares, en muchos casos con pocos recursos tecnológicos o poca adaptación a las nuevas tecnologías», afirmó.
Bajo el nombre 'Crecer haciendo crecer', la Estrategia para el Fortalecimiento de la Industria Alimentaria de Castilla y León aporta datos principales del peso de la cadena agroalimentaria en la Comunidad, un diagnóstico de los principales factores internos y externos que determinan su situación y las líneas estratégicas para impulsar el crecimiento del sector.
Esas líneas estratégicas pasan por siete ejes, el primero de los cuales apuesta por una dimensión y mayor integración en la cadena como palanca ante retos que sobrepasan la capacidad individual de respuesta de las empresas, para lo que resulta fundamental el asociacionismo que representa Vitartis. El segundo es reforzar el talento profesional; el tercero, la sostenibilidad para asegurar la capacidad productiva y el cuarto, reforzar el nivel inversor en los ámbitos de innovación y digitalización. El quinto eje pasa por abrir el sector a la exportación, el sexto propone la mejora de infraestructuras, transporte y logística, mientras que el séptimo y último es gestionar la inestabilidad contribuyendo a la generacíon de un clima de confianza en un contexto regulatorio y económico complejo.