El líder de Junts, el expresidente catalán Carles Puigdemont, ha avisado este sábado al PSOE que él y su partido están preparados para "asumir costes políticos y también personales" en caso de romper con el Gobierno de Pedro Sánchez: "No hemos sido ni hemos querido ser nunca rehenes de nadie", ha dicho.
Así lo ha afirmado en el parlamento abierto a la prensa que ha llevado a cabo, por videoconferencia, en el consejo nacional de Junts celebrado en Vila-seca (Tarragona), con el que esta formación independentista cierra una semana en la que ha pedido a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza en el Congreso y ha advertido que no negociará los Presupuestos del Estado si no hay gestos por parte del PSOE.
"Las zanahorias que nos pongan delante o nos hayan podido poner delante no nos engañan ni interesan. Queremos hechos y cumplimientos y ver que las cosas pasan y se hacen de forma distinta", ha dicho Puigdemont cuando ha pasado aproximadamente un año desde que Junts posibilitara la investidura de Sánchez.
Uno de los acuerdos suscritos entonces fue la Ley de Amnistía, que la Justicia no ha aplicado a varios dirigentes independentistas, entre ellos el expresidente catalán, con su residencia todavía fijada en Bélgica por este motivo.
Puigdemont ha afirmado que tanto él como su formación están "preparados para todo lo que pueda pasar", dando a entender que no teme que una eventual caída del Gobierno de Sánchez -a quien ha tildado de "incumplidor persistente"- pueda complicar aún más su situación.
Ha censurado que los socialistas no hayan "cambiado de actitud" en el último año y ha insistido en que "así no podemos continuar", lo que ha asegurado que Junts también ha trasladado "en privado" al PSOE, después de que ayer tuviera lugar una nueva reunión en Suiza entre representantes de ambos partidos.
"Que nadie piense que no mantendremos nuestra posición", ha incidido antes de señalar que a Junts no le importará admitir que el acuerdo de investidura habrá sido "decepcionante" si finalmente las negociaciones se rompen.
Puigdemont ha definido a Junts como "una fuerza joven, central y transversal" que no tiene "ninguna hipoteca" en su haber, lo que ha subrayado para marcar distancias con lo que fue la extinta Convergència.
"Algunos piensan que Junts no es Junts, que es otra cosa. Unos por tozudos y otros por mala fe", ha agregado.
Ha indicado que para él pactar con el Gobierno no es "un tabú", pero que solo lo hará para que Cataluña asuma nuevas competencias y no solo para "hacer ver" que es así. Se ha referido, en concreto, a la política migratoria y a la financiación autonómica.