La conferencia que sobre la intensa e interesante historia del Hotel Continental de Ávila ofreció el pasado 30 de mayo el artista e investigador José Luis Pajares dejó tan buen sabor de boca entre el público que llenó el auditorio del Palacio los Serrano para escucharle, y en ella quedaron tantas cosas que contar porque no dio tiempo a más, que el ponente se comprometió en aquel mismo momento a ofrecer una segunda parte de esa charla para así poder contar algo de lo mucho que se quedó en el tintero en aquella jornada.
Cumpliendo con aquel compromiso, y dentro también de la Programación Cultural UNED-Ávila (cuyo ciclo 2024-2025 se abría con esta cita), José Luis Pajares ofreció este jueves el segundo capítulo de ese libro hablado y lleno de imágenes con el cual profundizó en el conocimiento de la historia y la intrahistoria de un establecimiento hotelero singular que de alguna manera marcó la evolución, y no sólo la turística, de la ciudad.
Recién conocida la decisión de la marca Sofraga de rehabilitar el viejo hotel para volver a ponerlo en funcionamiento, como si esa noticia fuese un prólogo a la charla para darle un punto más de interés y actualidad, José Luis Pajares explicó que en su tarea de preparar esta conferencia «he tenido que resumir mucho, descartar mucha información, porque son tantos los personajes interesantes que pasaron por el Hotel Continental (antes Inglés), tantos los hechos allí acontecidos, que tienes que mutilar mucho tu discurso porque de lo contrario no acabarías nunca».
Durante el siglo largo de vida de este hotel, que fue desde 1863 hasta 1996, pasó por sus dependencias «una buena parte de la vida de la ciudad, era un lugar en donde ocurría todo y en donde se hospedaba la gente más relevante que pasaba por Ávila». De lo mucho y muy importante que ocurrió en este hotel, destacando que buena parte de los datos que ha ido recopilando sobre él los ha hallado en la hemeroteca de Diario de Ávila, comentó Pajares que aquellos pequeños y grandes acontecimientos que acogieron sus espacios convirtieron primero al Inglés y luego al Continental, entre uno y otro al Nacional, «en un símbolo de la ciudad porque fue el lugar donde tuvieron lugar muchos hechos que transformaron a la ciudad, porque si algo transformó a España y a Ávila fue el turismo».
Quienes dirigieron el hotel, siguió, «fueron gente innovadora y comprometida que arriesgó mucho y que vivieron situaciones muy difíciles», ya que no siempre fue todo bonanza puesto que «el establecimiento pasó también por circunstancias complicadas, pero resistió todo lo que pudo hasta el final, con las propias familias tan involucradas que incluso allí vivían sus dueños».
Esa implicación llegó a ser tal que las familias Tomé y Beltrán, propietarias tras la venta del hotel por parte de John Smith a finales del siglo XIX, no solamente dirigían el negocio sino que «se hacían amigos de los clientes, se implicaban con ellos y en ocasiones les acompañaban en sus visitas a la ciudad, como por ejemplo hacía Gloria, la mujer de Tomé, con la reina Fabiola de Bélgica cuando pasaba unos días en ese establecimiento e iba con ella a la peluquería y compartía con ella los huesillos que hacía»; también, siguió explicando Pajares, «fue la reina Isabel de Borbón, 'la Chata', la que propuso a través de Tomé que el equipo de fútbol de la ciudad llevase la palabra 'Real'».
Aparte de trabajar en la dinamización del turismo, en buena lógica porque ese era su negocio directo, «los dueños del Continental tuvieron también el empeño de dinamizar la ciudad en todos los sentidos; se reunían con los comerciantes para ver la forma de ayudar a sus negocios, se reunían con el Ayuntamiento para organizar las fiestas de la Santa y otras… estaban tan implicados con la ciudad que, por ejemplo, José Tomé, cuando fue alcalde, contribuyó a la traída de aguas a la ciudad».
Igualmente comprometido con la ciudad estuvo Beltrán, explicó Pajares, «un hombre que comenzó siendo prácticamente un mozo de cuadra y llegó a tener los tres hoteles más importantes que había entonces en la ciudad, el Continental, el Valderrábanos y el Reina Isabel».