El Ayuntamiento de Ávila, con muchas e sorprendente décadas de retraso, reparó este lunes la deuda (injusticia) histórica que significó restituir a Claudio Sánchez-Albornoz y Menduiña, historiador y político sobresaliente del pasado siglo, el título honorífico de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Ávila que le fue concedido en 1924 por el Consistorio de la capital que siempre sintió como su casa y anulado en 1937, a modo de venganza por haber ocupado altos cargos en el Gobierno de la II República y denunciar el golpe de estado de Franco.
Esta jornada de reconocimiento, que tenía en buena lógica un algo de desagravio histórico y moral, comenzaba a las 10 de la mañana con la colocación sobre la tumba de Claudio Sánchez-Albornoz, ubicada en el claustro de la Catedral, de un ramo de flores por parte del alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez, a quien acompañaban miembros de la Corporación y Nicolás Sánchez-Albornoz, hijo del homenajeado.
Una hora después, en la Alcaldía, Nicolás Sánchez-Albornoz firmaba en el Libro de Honor del Ayuntamiento de Ávila, acompañado por el alcalde y por el Cronista Oficial de la Ciudad de Ávila, Jesús María Sanchidrián, para cerrar el programa de actos con un Pleno extraordinario cuyo único orden del día era la restitución del nombramiento de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Ávila a Claudio Sánchez-Albornoz, a título póstumo, propuesta que fue aprobada por unanimidad.
Sánchez-Albornoz vuelve a ser Hijo Adoptivo de Ávila - Foto: Isabel GarcíaLa fecha elegida para celebrar este acto de reparación fue, para redondear la simbología que arropaba la cita, la del 40 aniversario del fallecimiento de Claudio Sánchez-Albornoz y Menduiña en la ciudad de Ávila, a la que decidió regresar a vivir unos meses antes de su muerte.
deuda histórica. El acto de la firma en el Libro de Honor del Ayuntamiento tuvo lugar en el despacho de Alcaldía, y allí el hijo del homenajeado se limitó a estampar su firma, bajo la cual el Cronista Oficial, que fue quien se dio cuenta de la deuda histórica que la ciudad tenía con don Claudio y así lo hizo saber a la Corporación proponiendo la reparación, dio fe de la autoría de la rúbrica: «Fdo. Nicolás Sánchez-Albornoz Aboín, en el acto de entrega del título de hijo adoptivo a título póstumo de Don Claudio Sánchez-Albornoz y Menduiña en el 40 aniversario de su muerte».
Antes de esa firma, con la presencia de representantes de todos los grupos políticos y de familiares del homenajeado, el alcalde recordó la concesión del título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Ávila hace un siglo y su anulación solamente 13 años después (curiosamente en plenos celebrados ambos en el mes de febrero), hechos ante los que «la Corporación municipal, por unanimidad de todos sus miembros y a través de los grupos políticos que están representados en la Junta de Gobierno Local, el pasado día 13 de junio tuvo a bien de restaurar ese título honorífico a don Claudio Sánchez-Albornoz porque corresponde y es una cuestión de justicia».
Sánchez-Albornoz vuelve a ser Hijo Adoptivo de Ávila - Foto: Isabel GarcíaTomó la palabra a continuación Jesús María Sanchidrián para explicar que conoció «casi por casualidad» esa injusticia histórica que ayer se reparaba cuando preparaba una conferencia «dedicada a don Claudio en el 40 aniversario de su muerte y con motivo de la fiesta del libro», labor de investigación que le llevó a «descubrir en las actas municipales esta laguna que existía respecto a la concesión del título de Hijo Adoptivo en 1924 y su retiraba en 1937, sobre la que pasaba un silencio absoluto desde aquella fecha hasta hoy». Ese olvido, añadió, «contrasta con la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad en el año 1976 y con el nombramiento como Hijo Predilecto en 1984», título este que hubo que retirar luego porque es exclusivamente para personas nacidas en la ciudad.
Añadió el Cronista Oficial de Ávila que la reparación histórica que ayer se escenificaba se había hecho «con la unanimidad de todos los grupos y con la sensibilidad de toda la ciudad, en el sentido de que el personaje de Don Claudio ha sido unánimemente reconocido por su valía, por sus méritos, por su defensa de la ciudad y por ser uno de los escritores, historiadores y ensayistas que más han citado a la ciudad de Ávila en todo lo que ha escrito».
Tras dejar su rúbrica en el Libro de Honor del Ayuntamiento, Nicolás Sánchez-Albornoz Aboín, que cuenta con 98 años de edad, agradeció al Ayuntamiento, visiblemente emocionado, «haber tenido esta iniciativa de restaurar el viejo derecho» de su padre. Explicó que durante los 40 años de exilio que sufrió, desde 1936 hasta 1976, él fue la persona que más estuvo con su padre, «compartimos muchas cosas y por consiguiente puedo dar fe de los sentimientos. que a lo largo de todos los años experimentaba». Entre esos sentimientos se contaron los que le provocó «la noticia de que le había sido privado de este título que le habían sido otorgado por buenas razones», algo que «no le agradó» y que «podría haber dado lugar a un cierto resentimiento contra las instituciones y la gente de Ávila pero que no fue así», algo que demostró porque «siguió escribiendo muchas obras en las que recordaba y daba cuenta de su afecto a la gente de Ávila y también a la ciudad y a la provincia, una provincia a la que él había representado en tres legislaturas».
Sánchez-Albornoz vuelve a ser Hijo Adoptivo de Ávila - Foto: Isabel GarcíaAñadió Nicolás Sánchez-Albornoz que su padre y la ciudad de Ávila «estaban muy compenetrados, y puedo asegurar que el mal sabor de boca que le produjo la anulación del título de Hijo Adoptivo no se tradujo en un olvido o en una ignorancia de Ávila y de su gente». Aunque haya pasado tanto tiempo, acabó manifestando, lo importante es que «se ha hecho, y es una gran satisfacción para toda la familia y no sólo para ella, sino que supone una revisión del pasado de España… si mi padre pudiese haber vivido este momento, estaría muy satisfecho».
Más fotos:
En el Pleno Extraordinario, en el que estuvieron presentes representantes de todos los sectores de la sociedad abulense (política, seguridad, cultura…) el alcalde manifestó –tras resumir los avatares por los que había pasado el reconocimiento a Don Claudio y el hecho de que la ciudad siempre le había tenido muy en cuenta y le había dado la Medalla de Oro, el nombre de un colegio y de una plaza y le había alzado un busto–, que «procede ahora la revalorización del acuerdo de nombramiento de Hijo Adoptivo y la restitución del mismo conforme los méritos y la designación concedida en sesión del 27 de febrero de 1924», decisión con la que también se cumplía «con lo dispuesto en la Ley de la Memoria Historia sobre la revisión de reconocimientos, honores y distinciones».