La Audiencia Provincial de Ávila ha sido escenario de uno de sus juicios más mediáticos de los últimos meses: la vista oral contra M.Á.S.P.E., conocido entrenador de fútbol base de la ciudad, acusado de un doble delito continuado de agresión sexual contra dos menores de edad, futbolistas en edad cadete en el momento de los hechos, del equipo del Real Ávila del que era responsable el hombre. El procesado, que permanece en prisión preventiva desde el 15 de diciembre de 2022, se ha declarado culpable de los delitos que se le imputan, por lo que el juicio, que en principio se iba a desarrollar en dos jornadas, ha quedado visto para sentencia. Será la Sala quien decida la condena, cuyas peticiones varían entre los 25 años de la acusación particular (12 años y medio por cada menor) y los 18 años y dos días de la defensa (nueve años y un día por cada caso). La Fiscalía, por su parte, reclama una pena de 22 años y dos días de cárcel (11 años y un día por cada víctima), además de diez años de libertad vigilada por cada caso (que cumpliría en un único plazo).
Los sucesos investigados, muy desagradables por su forma y por su ámbito, ocurrieron entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, periodo durante el cual, el presunto culpable ejercía la labor de entrenador de fútbol de las dos víctimas, que contaban con 14 años de edad. El procesado, presuntamente, llegó a crear dos perfiles falsos de Instagram, en los que se hacía pasar por mujeres, que utilizó para contactar con los chavales para intimidarles sexualmente. En un principio, el hombre realizó varias videollamadas con uno de los jóvenes en los que aparecía masturbándose (sin mostrar su rostro) ante la cámara para, en ocasiones posteriores, obligar a su víctima a hacer lo mismo. Esta situación se prolongó durante un tiempo bajo la amenaza de que el procesado difundiría los vídeos y los mensajes de carácter sexual a los familiares y amigos del chaval si no accedía a continuar con las videollamadas. A partir de una determinada fecha (anterior al 27 de noviembre de 2021), el acusado exigió al menor mantener encuentros sexuales físicos bajo la misma amenaza, que llegaron a producirse incluso en instalaciones deportivas públicas. Esto sucedió el 29 de noviembre de 2021, cuando el menor, tras quedarse solo con su entrenador en el vestuario, se vio obligado a hacerle una felación minutos antes del comienzo del partido de fútbol que debía disputar. Estos encuentros se extendieron entre enero y mayo de 2022, siempre por el miedo del menor a que se difundiera lo ocurrido entre sus familiares y amigos.
Con la otra víctima, también jugador del equipo de fútbol que M.Á.S.P.E. dirigía, desarrolló, presuntamente, el mismo procedimiento: contacto a través de una cuenta falsa de Instagram, videollamadas donde aparecía masturbándose y, posteriormente, encuentros sexuales físicos que se produjeron un local de la ciudad y consistieron en felaciones y masturbaciones mutuas y penetraciones anales del menor hacia el acusado (una vez el hombre obligó a la víctima a ponerse un arnés con un pene de látex para proceder al acto). Llegado el momento, el presunto culpable pasó a mantener encuentros sexuales con los dos chavales de manera simultánea (tríos), que ocurrieron como mínimo en cuatro ocasiones entre febrero y julio de 2022 (una de las veces, el reo intentó penetrar analmente al segundo menor, que pudo impedirlo a tiempo), una de ellas en un vestuario mientras ejercía como entrenador de los chavales. Las últimas actuaciones ocurrieron en septiembre de 2022, cuando el procesado mantuvo encuentros con los menores, ya de 15 años, en su propio domicilio (en fechas distintas).
Unos hechos que son constitutivos de un delito continuado de agresión sexual a menores de 16 años, según refleja el artículo 74 del Código Penal vigente en el momento de la perpetración de los hechos (en un primer momento, el presunto culpable también fue acusado de otros delitos que quedaron anulados por los cuales la acusación particular llegó a solicitar una condena total de 90 años). La Fiscalía, por su parte, llegó a reclamar 54 años de prisión (27 por cada joven) que redujo considerablemente debido al 'comportamiento positivo' del hombre. Sin embargo, las discrepancias entre las partes sobre el periodo total de la condena han provocado que no se haya emitido una sentencia definitiva por ahora.
Además, otra de las circunstancias a tener en cuenta por la Sala de la Audiencia Provincial es el papel del Real Ávila y de la aseguradora Generali, intervinientes en el juicio por la responsabilidad civil subsidiaria que se desprende de la condición de M.Á.S.P.E. como técnico del club. La Fiscalía considera que el acusado perpetró los delitos por su condición de entrenador de los chavales. Por ello, solicita que el club se haga responsable de las indemnizaciones (la acusación particular reclama 75.000 euros por cada víctima) en caso de que el presunto culpable no pueda hacerse cargo del pago. Un caso muy escabroso que dejará marcado de por vida al acusado y, tristemente también, a los dos jóvenes, que tardarán mucho tiempo en olvidar todo lo ocurrido en aquella época.