El pintor abulense Arnaldo Díaz-Castilla inauguró en el Episcopio una exposición titulada 'Paisajes del alma' que tiene un significado especial para él, por un lado porque vuelve a mostrar su obra al público después de ocho años sin hacerlo, y ya tenía «muchas ganas de volver a hacerlo», y por otro porque «se la he querido dedicar a mis padres, que bien se lo merecen por todo lo que me han dado».
Esta exposición, que «se gestó antes de la pandemia» pero que tras aquella obligada demora «ahora ofrezco con bastantes cosas nuevas que he añadido», la llenan 46 obras de óleo sobre lienzo, con unos tamaños muy variados que van desde los 11 x 10 a los 73 x 60 centímetros, piezas en las que los paisajes naturales y la recreación de la ciudad de Ávila son los motivos de inspiración principales.
A veces abriendo mucho el foco para que la mirada del espectador abarque mucho espacio y se llene de atmósfera abulense, a veces cerrándolo para fijar la atención en el detalle, siempre apostando por «ofrecer al espectador la alegría de unos colores vivos, para dar un poquito de alegría a esta vida».
Y además, la variedad de estilos que ha elegido Arnaldo para estas obras, a veces muy volcadas en lo figurativo, a veces coqueteando con la abstracción, a veces como invitando al cubismo... tienen también el objetivo de ofrecer mucha variedad y, sobre todo, materializan la apuesta por «ofrecer perspectivas nuevas para que al ver paisajes que posiblemente se hayan pintado muchas veces, por ejemplo la Muralla de Ávila, el espectador tenga la sensación, creo que siempre buena, de que lo está redescubriendo de alguna manera».
cajitas de madera. A esas 46 pinturas sobre lienzo ha querido añadir Arnaldo 30 pequeñas cajas de madera hexagonales que ha pintado «en este último tiempo», a modo de lienzos mínimos a cada uno de los cuales ha dedicado una letra del abecedario que ha rodeado luego de colores y formas para singularizarlas tanto en la forma como en el fondo, a la que añade cuatro más que ha ilustrado de forma muy coherente con el conjunto.
La exposición, recuerda Arnaldo, «está dedicada a mis padres para reconocerles lo mucho que les debo, para agradecerles lo mucho que me han aportado en todos los sentidos», y a modo de reciprocidad el padre de este artista, el reconocido pintor Luciano Díaz-Castilla, le dedica un escrito en el que le dice, entre otras cosas, que «cada vez que trates de expresar mediante el color y la forma a esta bella Ciudad, déjate llevar por su movimiento interior, por su silencio, por su profundidad, por su equilibrio, por el color y la luz de sus cielos, de sus piedras, por aquello que se percibe pero no se ve, por esa emoción que nos causa y es indefinible pero que está ahí y sustenta nuestro ser».
La exposición puede visitarse en el Episcopio hasta el día 30 de enero, de martes a viernes de 19,00 a 21,00 horas, sábados de 12,00 a 14,00 y de 19,00 a 21,00 y domingos de 12,00 a 14,00.