Un viaje hacia el corazón del Darién

Antonio Pérez Henares
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Comandados por Telmo Aldaz de la Quadra Salcedo, cerca de 150 jóvenes viven una experiencia única recorriendo los mares y las selvas de Panamá en una travesía que combina historia y valores

Un viaje hacia el corazón del Darién

Los monos aulladores me hicieron sentir que estaba ya en la selva. Fueron quienes me dieron la bienvenida al amanecer. El primer sonido que escuché tras haber llegado el día anterior desde la ciudad de Panamá, con sus profundos, roncos y penetrantes gritos, con las primeras luces, que se oyen a kilómetros de donde están. Ellos son el despertador de la selva y nosotros, ya sí, comenzábamos la aventura, la número 19 de España Rumbo al Sur que dirige Telmo Aldaz de la Quadra Salcedo y que lleva tras a casi 150 jóvenes de 16-17 años de edad.

 Hubimos de llegar primero a Ciudad de Panamá, en dos tandas y tras superar las emboscadas de Iberia. La compañía dejó, billetes confirmados, a siete de los muchachos en Barajas por exceso de overbooking , o sea por vender más billetes que asientos. Tras perder una veintena de equipajes y, finalmente reunidos, todos pudimos iniciar la aventura.

 El prólogo, aprovechando la espera, consistió en una visita a las ruinas de lo que fue Panamá la Vieja, destruida por el canallesco pirata Morgan y levantada después en otro lugar, su actual emplazamiento, que aún conserva vestigios monumentales muy hermosos en su casco histórico. Para una primera marcha a pie, seguimos por unas horas lo que fue el Camino de Cruces, aquella primera ruta por tierra que comunicaba los enclaves en el Atlántico, Portobelo, Nombre de Dios y el fuerte sobre la desembocadura del Chagres, con la capital ya en la costa del Pacífico, Panamá.

Un viaje hacia el corazón del DariénUn viaje hacia el corazón del Darién Pero había que empezar por donde la historia comenzó y eso tiene un nombre, el río Darién y las costas y junglas de aquel territorio por donde fueron asomando Colón, Bastidas, Balboa, Juan de la Cosa, Ojeda, Vespucio y los Pinzon, cuya gobernación fue repartida finalmente entre Ojeda, acompañado de su gran amigo De la Cosa y Nicuesa, con el río como frontera entre las dos. Ambos fracasaron y la muerte se cebó con ellos, pereció el gran amigo de Ojeda y el propio Nicuesa también desapareció. Fueron muy pocos los supervivientes de ambas expediciones. 

Uno de ellos fue Pizarro, lugarteniente de Ojeda, y luego Balboa quien, tras haber embarcado como polizón junto a su perro Leoncico escondidos en un barril, ser descubierto y estar a punto de ser abandonado en un islote desierto en alta mar, terminaría por tomar el mando y convertirse en el líder de todos cuantos llegaron a mantenerse con vida. 

De los de Nicuesa, menos de 100 de los 700 llegados y no más de los de Ojeda, que había fundado la efímera población de san Sebastián de Uraba que hubo de abandonar ante la imposibilidad de mantenerse y los cada vez más feroces asaltos de los flecheros indígenas cuyas flechas envenenadas eran letales. Ambos acabaron por desaparecer, Nicuesa perdido para siempre en el mar y Ojeda naufragado en Cuba cuando intentaba buscar ayuda. Balboa cruzó el río de separación entre ambos enclaves y fundó la que sería la primera ciudad española en tierra firme, Santa María de la Antigua del Darién.

Un viaje hacia el corazón del DariénUn viaje hacia el corazón del DariénFue desde allí desde donde partió a la búsqueda del mar que ya le habían dicho que existía al otro lado de un cordillera, al sur. Así es como llamó al Pacífico cuando consiguió llegar a su orilla y celebró el acto de toma de posesión en nombre de España y sus reyes.

El Darién ha sido siempre el gran tapón, la jungla impenetrable por la que nadie se atrevía a pasar y por la que jamás se logró establecer un cruce ni medianamente practicable. En realidad, eso ha seguido casi igual hasta ahora porque, en estos últimos años, se ha establecido por allí el paso de miles de migrantes que intentan atravesar la frontera. Y también, y más recientemente, de muchos de los más peligrosos narcotraficantes que introducen la cocaína desde la fronteriza Colombia.

 Para los primeros es un trayecto terrible y en muchas ocasiones mortal, que se ve agravado además por los asaltos, las agresiones, violaciones y asesinatos que sufren. Los narcotraficantes son los peligrosos para todos los demás. Van bien armados y no dudan en disparar a quien se les cruce en el camino. Las autoridades panameñas intentan poner remedio y se han visto obligadas a movilizar a su ejército para poder controlar las rutas de acceso.

Un viaje hacia el corazón del DariénUn viaje hacia el corazón del Darién En el viaje hacia allí los puestos de control militar fueron continuos. Los integrantes resultaron amables y muy profesionales en el trato también. Finalmente, llegamos a a la zona y todo el convoy fue escoltado por una pequeña dotación que abría y cerraba la marcha y así lo seguirá haciendo mientras permanezcamos en la zona. Lo agradecemos. La seguridad de los jóvenes es lo primero de todo.

 El primer punto de llegada, tras un día completo zarandeados por una carretera donde son más los baches y socavones que los firmes y lo llano, fue Santa Fé, uno de los más importantes municipios, y allí nos acogimos a la hospitalidad del proyecto Red de Vida, que está desarrollando una maravillosa labor con sus proyectos de reforestación, sanitarios y educativos y de cultivos. Los expedicionarios comenzaron no solo a conocer la selva sino también a colaborar en los diferentes trabajos: plantar arboles, fabricar compost o arreglar caminos. Se sorprenderán, pero la deforestación, las quemas, talas masivas y las roturaciones de territorio selvático son ahora amenazas reales de este lugar tan especial que se ha manteniendo virgen a lo largo de tantos milenios. 

Tras dejar atrás Santa Fé entramos luego en el corazón del Darién. Yaviza es el ultimo lugar al que lleva la carretera y para llegar hasta allí se necesita de mucha paciencia, buenos riñones y que no haya llovido demasiado hasta para un todoterreno. Desde esa ultima población ya ha de irse por barca, con larguísimas y estrechas canoas (una palabra de origen taíno hoy parte de nuestra lengua común) y subir por los ríos Tuira y Chucunaque hasta Santa María la Real. 

Un viaje hacia el corazón del DariénUn viaje hacia el corazón del Darién Desembarcamos allí y, con la inestimable ayuda de dos monjas salesianas, sor Viki y sor Elaspor, cuya dedicación y trabajo superan cualquier admiración gracias a sus buenos haceres y contactos, pudimos seguir adentrándonos, pernoctando en hamacas, hasta alcanzar el río Pirri y el poblado de la tribu Emberá que vive a sus orillas. Han sido días donde la hamaca colgada entre dos arboles o de los pilares de alguna de las construcciones indígenas es la mejor suite y el refugio más seguro. Por cierto, el baño en las claras aguas del Pirre no lo iguala, sino que es incluso mejor que el de cualquier spa.

Seguimos siendo escoltados por los militares del Senafrot a los que se añadieron un grupo de comandos especializados. Tras empaparnos de selva… y, desde luego, también de sudor (el calor húmedo es demoledor) reembarcamos de nuevo hacia Yaviza, después de adentrarnos por las trochas rodeadas totalmente de vegetación y viviendo una experiencia única. Ha sido un trayecto que hube de realizar varias veces, pues otra hube de bajar antes para recuperar en el cuartel de los militares, al fin, las 18 mochilas dejadas por Iberia en Madrid. En ello no deje de admirar la idoneidad de las larguísimas y ligeras canoas, que cargan enormes plátanos macho que hay que cocer o asar para poder comerlos, ñames y otros cultivos en plena selva, amén de los pasajeros que se desplazan en ellas entre las poblaciones ribereñas.

Retornados todos a esta localidad, desde allí y por carretera nos reencontramos con la senda de Balboa y nosotros, mucho más fácilmente que ellos, nos acercamos al lugar desde donde divisó al fin el Pacífico para luego bajar hacia el. En el fuerte de Bocachica al que ascendimos, al igual que otro cercano como el de San Lorenzo de la Palma, no pude sustraerme (como creo que muchos expedicionarios) a la emoción de estar simplemente allí con el mar, entonces para el mundo desconocido a sus pies y ante sus ojos.

Un viaje hacia el corazón del DariénUn viaje hacia el corazón del DariénCumpliendo mi cometido en la expedición y armado con mi novela-crónica La Española, que relata aquella época y momentos, estos sí que trascendentales e históricos para la humanidad y no todas las pamplinas y memeces que como tal bautizamos a diario y en ocasiones a pares, me va tocando algunas noches la explicación y recuerdo de aquellas gentes, que son nuestra historia, que en nuestra propia casa queremos cancelar a base de ignorancia y desprecio. Estas conversaciones con los jóvenes por el lugar y el momento están teniendo para mí un punto emocional difícil de describir e imposible de olvidar.

Un viaje hacia el corazón del Darién
Un viaje hacia el corazón del Darién
Pude completar ahora esta primera crónica, aprovechando el haber recuperado la conexión a internet tras varios días sin cobertura alguna. Espero que a partir de ahora no resulte tan difícil. Una primera parte de la expedición quedaba con este último tramo de la llegada de Balboa al gran océano completado. Vasco llegó a su punto de gloria mayor, puso su nombre en la historia y su fama es hoy universal. Poco podía imaginar lo que iba a acaecerle no mucho después. El duro y terrible Pedrarias Dávila, el nuevo gobernador, estaba a a punto de aparecer por allí y ello supondría su trágico final. Sacaré tiempo y se lo contaré.