Hace ya ocho años que la ciudad de Ávila es sede de un Campus Internacional de Baloncesto organizado por el Óbila Club de Basket. Una especie de Erasmus deportivo para jóvenes aficionados al básket que, durante dos semanas, aprenden y mejoran su técnica al tiempo que comparten nuevas experiencias.
El CUM Carlos Sastre es el epicentro de este campamento en el que participan 65 jóvenes de entre 14 y 16 años, 45 procedentes de Inglaterra. No obstante, también intervienen deportistas nacionales (hay varios abulenses), serbios y chilenos. Una cita ineludible del verano abulense que se extenderá hasta el próximo miércoles 31 de julio (comenzó el día 19) y que permite a los chavales relacionarse con jóvenes de su misma edad con la excusa del baloncesto.
Un proyecto que surgió hace ya ocho años, en 2016, gracias a la iniciativa del exjugador de ACB, Juanjo Bernabé, un abulense de adopción nacido en Alicante. «Nació como un proyecto Erasmus de unión entre clubes, no entre personas físicas. Propuse al Óbila la idea de fusionarlo con este proyecto y aceptaron. En realidad, en el proyecto participan cuatro clubes: Óbila, London, Warriors y Birds (estos tres últimos son ingleses)», explica Bernabé.Originariamente, el acuerdo se estableció entre el club abulense y los Warriors de Karl Brown, exjugador de baloncesto británico que fue finalista de la liga universitaria de Estados Unidos (NCAA) con los Giorgia Thech. «La primera vez que visité Ávila me llevé una grata impresión por lo amigable que era la gente y lo bien que nos trataron. Además, vimos que la ciudad era muy segura para traer chavales de estas edades, que era una de nuestras princiapales preocupaciones», confiesa.
Un Erasmus deportivo en Ávila - Foto: Isabel GarcíaKarl Brown es uno de los entrenadores que aportan sus conocimientos deportivos a los jóvenes junto a entrenadores de la talla de Steve Bucknall, el primer baloncestista inglés en jugar en la NBA (lo hizo en la temporada 1989-90 en los Lakers de Magic Johnson); Jorge García (jugador con más ascensos desde la antigua liga LEB), o Vasilje Otovic, entrenador de formación del Estrella Roja de Belgrado. A ellos se unen tres miembros con un gran vínculo con Ávila como son el exjugador del Óbila Ignacio Ballespín (que ejerce de fisioterapeuta en el campus), el argentino Maxi Seigorman (entrenador de la Selección de Argentina que formará parte de la coordinación del club verderón) y el abulense David Mangas, un mito del basket local.
«Para la ciudad de Ávila es un lujo contar con un grupo tan grande de jugadores de Gran Bretaña y con entrenadores de nivel. Llevo colaborando en este proyecto desde que comenzó y para mí es un aprendizaje continuo el ver otro tipo de baloncesto», afirma Mangas. El entrenador abulense iniciará después del verano su séptima temporada en el Grupo Alega Cantabria de Primera FEB (antigua LEB Oro), pero siempre que el tiempo se lo permite regresa a su ciudad natal para colaborar en proyectos de este tipo. Y, quizás en el futuro, pueda volver para dirigir al equipo de sus inicios. «El Óbila es mi casa y donde me he hecho entrenador y persona. Siempre que necesiten mi ayuda aquí estaré», comenta.
Por lo pronto, siempre regresa para impartir sus entrenamientos a los jóvenes del campus que, no obstante, no solo juegan al baloncesto durante su estancia en la ciudad amurallada. «Cada tres-cuatro entrenamientos disfrutan de una tarde libre que hemos aprovechado para hacer rutas por la Muralla y por el casco histórico. Además, también dan clases de español, van a tener una sesión de primeros auxilios, el domingo vamos de visita cultural a Segovia. Es una mezcla entre cultura y deporte», confiesa Juanjo Bernabé, el coordinador de este campus internacional. Un periodo de ocio que también permiten a los chavales relacionarse con otros jóvenes de su edad fuera del ámbito del baloncesto. El campamento ha coincidido durante unos días con las Fiestas de Verano que han permitido que los 65 participantes conozcan la ciudad desde otra vertiente.
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El Campus Internacional es una cita ineludible del verano e que, sin embargo, cuenta con una amenaza para el futuro: los nuevos requisitos del Gobierno británico, responsable de la becas de los chicos. Una nube negra que se cierne en el horizonte que esperan solucionar para seguir adelante con este proyecto durante mucho tiempo.