Por segundo año consecutivo, Ávila acogió las campanadas moteras programadas para el mediodía del 31 de diciembre, un evento que fue un éxito rotundo de participación, con moteros llegados de los puntos más dispares de la geografía nacional. «Esperábamos doscientas motos, pero vinieron más de trescientas», destacan desde la organización, que logró implicar no solo a aficionados a la moto abulenses sino sobre todo a integrantes de la Agrupación Motorista Caballeros de Ahumada (integrada por miembros en activo, retirados y simpatizantes de la Guardia Civil, Fuerzas Armadas y Policía Nacional).
Fue en la zona sur de Ávila, en el jardín situado junto al bar Mario, donde se concentraron, anticipándose a las campanadas que llegarían doce horas después. Al mediodía, por cada campanada las motos allí congregadas regalaron a los asistentes un acelerón, dando lugar a un potente rugido de motores para alegrar la mañana de Nochevieja de una forma diferente en un evento al que asistieron dos de los protagonistas de 'Campeones', Edu Luky y José de Luna. Tampoco faltaron las uvas, que se repartieron entre moteros y vecinos de la zona, así como una cazuelita de lentejas guisadas para entrar en calor a cuya elaboración ayudaron los residentes en el barrio. También hubo sorteo de regalos moteros. Allí mismo, sonó en directo la música del grupo Vente al Traste Band precisamente para animar la hora del vermú.
El Fum Fum Fest llevó las otras tres citas musicales de esa franja horaria del día 31 a distintas calles y plazas del centro histórico de Ávila. En concreto, al Mercado Chico, donde actuó Casi Naá, ofreciendo su flamenco desenfadado y fresco a quienes se congregaban en las terrazas de ese espacio, así como a la calle San Segundo, donde hizo lo propio el grupo Hovercraft.
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Por su parte, un grupo rociero fue itinerando desde la plaza de Santa Teresa hacia distintos puntos del corazón de Ávila para regalar a abulenses y turistas la alegría propia de los villancicos flamencos. Ataviados con la indumentaria colorida del sur del país, fueron haciendo paradas por distintos puntos y en algunos de ellos hubo incluso quien se arrancó a bailar por sevillanas. En definitiva, el Fum Fum Fest volvió a contar con el favor del público a esa hora en la que, pese al frío que reinó, el sol y la música pusieron todo de su parte.