El Belén parroquial, que en los últimos años se instala en la iglesia-museo de El Salvador, y que montan los grandes belenistas Fran Ramos e Iván Antonio-Enríquez, este año conmemora el octavo centenario del primer Belén de San Francisco en Greccio y han querido que fuera un belén franciscano poniendo en el portal una figurita del Santo de Asís, una peculiaridad para recordar el aniversario. Instalado en la capilla de los Dávila Briceño, en la que se encuentra el gran retablo de Juan de Juni, esta representación belenística, de grandes proporciones, es como una isla que se puede rodear, y en cada tramo encuentras las diversas escenas clásicas que rodean el Misterio. Destaca la muy trabajada gruta en una montaña que acoge el pesebre y las figuras del nacimiento. Buena recreación del Arco del Alcocer y de la Plaza de la Villa en día de mercado, con la fuente de Los Cuatro Caños con agua, como la cascada en la montaña, lleno de realismo preciosista, todo ello salpicado de unas doscientas figuras. La noche de la Misa del Gallo, el párroco Sebastián Gil pasó por el Belén y lo bendijo, acto al que acudió mucho público que cantó un villancico. En definitiva, una cita especial de las fechas navideñas que no pueden dejar de admirar que ya ha recibido cerca de un millar y medio de visitantes.