La Asociación de Productores Olivareros del Sur de Ávila sigue dando pasos, de la mano del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) y con el apoyo de la Diputación de Ávila, para la obtención de la Denominación de Origen para su aceite de oliva virgen extra, pero mientras el ansiado marchamo llega, continúan trabajando no solo en la profesionalización del sector sino también en la aplicación de nuevas fórmulas de obtención de un aceite de excelente calidad. Y el fruto de todo ese trabajo lo vemos un año más en la campaña de recogida de la aceituna, que según explica su presidente, Pedro Gómez, ha sido «buena» en cantidad y calidad, aunque «con unos rendimientos muy bajos, en la línea del resto de España».
Por lo que respecta a la cantidad, ha sido «mejor de lo que esperábamos», afirma Gómez, con 806.000 kilos de aceituna recogidos, cuatro veces más que el año anterior cuando rondaron los 200.000 kilos.
Y la calidad, como viene siendo la tónica habitual de cada año, es también buena. Entrando en detalle sobre sus componentes, señala el presidente de la Asociación de Productores Olivareros del Sur de Ávila que, tras el análisis de diferentes parámetros, el resultado es «un aceite afrutado (6 sobre 10), de buen aroma y olor. La acidez es de entre dos décimas y dos décimas y media, «muy baja» (el máximo para un virgen extra es de 0,8%), y el índice de peróxidos también muy bajo, lo que hace que el aceite no se ponga rancio y aguante más años sin descomponerse aunque con el paso del tiempo pueda perder propiedades. Todo ello «en la línea de otros años, porque hacemos las cosas bien, preservando que la aceituna venga en buenas condiciones, pues se empieza a recoger temprano y se muelen en el día, y así por eso la calidad del aceite ahí está», subraya Pedro Gómez.
Sin embargo, como indicaba, los rendimientos han sido muy bajos, como en otros puntos de España, y aunque desconocen los motivos exactos, el presidente de la asociación de olivareros apunta que «como hubo tanta sequía y calor y en nuestra zona vinieron unos días de lluvias, la aceituna se nutrió de agua, porque estaba sedienta, y se olvidó de los procesos químicos para que tuviera aceite». Así, se ha obtenido una aceituna con mucha agua pero con poco aceite.
Y como ya ocurriera por primera vez en la campaña de 2022, dentro de ese trabajo por buscar nuevas fórmulas para la obtención del mejor aceite de oliva virgen extra, en esta ocasión ha vuelto a apostarse por una experiencia que arroja unos magníficos resultados, la cosecha temprana de la aceituna y su prensado en frío.
Explica el presidente de la asociación, Pedro Gómez, que «se realiza la cosecha 20 días antes que todo el mundo y se coge un día la aceituna en todos los pueblos que están dentro de la asociación, para su prensado en frío, de manera que no se somete a ninguna degradación al aceite, con lo que aunque el aprovechamiento es algo más bajo, la calidad es excelente», algo que, como indica, «pone de relieve la calidad del aceite que tenemos en la zona», virgen extra, por supuesto, como se pudo ver en la presentación del Aceite de Oliva Virgen Extra del Valle del Tiétar de esta campaña que tuvo lugar el pasado 8 de noviembre en la localidad de Pedro Bernardo, y que «cuando corresponda será presentado a concursos internacionales para ver qué opinan los jurados, pues pensamos que es muy bueno y queremos saber si realmente responde a esas expectativas».
En esta ocasión, la cosecha temprana con prensado en frío se realizó entre seis almazaras con un total de 23.000 kilos de aceitunas. La Asociación de Productores Olivareros del Sur de Ávila está conformada por cinco cooperativas y una almazara privada situadas en Sotillo de la Adrada, Pedro Bernardo, Mombeltrán, San Esteban del Valle, Candeleda y Ramacastañas.
aumento de costes. El aumento en los costes de los materiales y sobre todo de la luz que vienen sufriendo la práctica totalidad de los sectores productivos desde hace muchos meses sigue afectando también al sector oleícola y olivarero. De hecho, según apunta el presidente de la Asociación de Productores Olivareros del Sur de Ávila, Pedro Gómez, «se sigue notando la subida del precio de los productos para el envasado del aceite, como el papel, el cartón o los plásticos, y sobre todo la luz, necesaria también para molturar», lo que repercute en el precio final del aceite.
«Hablamos de 3.500 a 4.000 euros mensuales de facturación y eso tiene que repercutir en el socio, primero, y en el precio del aceite, después», comenta Gómez, quien aclara que «esa repercusión en el aceite no es tanto nuestra como de las grandes empresas que se dedican a ello, que compran el aceite a granel caro y lógicamente el envasado tiene que ser también caro. Hablamos de que el aceite a granel está ahora en 8,70-8,80 euros el kilo más IVA y eso repercute lógicamente en el precio final, pero son ellas las que marcan las subidas y bajadas del precio del aceite, no nosotros».