Ha celebrado en las Cortes de Castilla y León un congreso de historiadores de Castilla y León. ¿Cuál ha sido el objetivo?
La iniciativa arrancó en el mes de junio en Madrid. Convocamos a las asociaciones histórico culturales del conjunto de España y el compromiso fue que replicásemos ese encuentro en las comunidades en las que fundamentalmente la Historia de España ha sido determinante y decisiva. Arrancamos unos encuentros que vamos a seguir con otras comunidades, con asociaciones histórico culturales. El objetivo es decir a las asociaciones que en estos momentos que son difíciles para España, hay que tratar de estar presentes en la vida pública. Que tienen que ser capaces de generar iniciativas para reivindicar la importancia de la Historia de España. Los españoles conocemos mal nuestra Historia y ese es uno de los problemas que tenemos, que algunas veces hay relatos que sustituyen a la verdad y a la Historia de España. Es una tarea que a nosotros nos parece muy importante y hemos querido arrancar con Castilla y León.
¿Qué importancia tiene la Historia de Castilla y León en clave nacional?
Toda. España no hubiera existido sin Castilla y León. León fue cuna del parlamentarismo y Castilla fue decisiva en la construcción de España. Es decir, que lo tiene todo. Algunas veces hemos cometido el error de que por la violencia y por el terrorismo apareciesen como comunidades históricas el País Vasco y Cataluña, que parece que son las comunidades singulares. Y eso es un desprecio a la verdad. Hay comunidades que han sido mucho más históricas, por ejemplo Castilla y León, y esta es una tarea cultural, no es política. No queremos hacer partidismo, lo que queremos es hablar del presente. Hay que abrazar la verdad, y por eso es tan importante ese papel para que no haya una nueva leyenda, un nuevo relato, una media verdad, que siempre son la peor de las mentiras.
¿Las nuevas generaciones son conscientes de la Historia de España?
Yo creo que no es una cuestión de generaciones. Mi generación ha sido también muy ignorante de la Historia de España. Los historiadores son los profesionales de esta ciencia social, pero creo que los españoles, aunque no seamos historiadores, tenemos que conocer mejor nuestra Historia y tener una asignatura en la que se estudie la Historia de España, no 17 historias. Y eso es un reto que tenemos por delante. Si no tienes conocimiento de tu pasado, no aciertas en el camino del futuro.
¿Qué objetivos persigue NEOS, la asociación que usted preside?
NEOS es una alternativa cultural sobre los fundamentos cristianos. Creemos que la crisis no está en la política, no está en la economía, está en los fundamentos. Y NEOS quiere decir que hay una obsesión enfermiza de destrucción de los fundamentos cristianos en todos los órdenes, desde el ámbito cultural, a la vida, o la familia, porque en las instituciones más próximas de la persona se está haciendo un relato. No están compitiendo dos culturas, compite la cultura de siempre, la cultura occidental, con una decadencia y una degeneración. NEOS lo que pretende es darle al debate cultural la importancia que se merece y darle a la Historia la importancia que se merece.
¿Qué valoración hace de la situación política actual de España?
España vive un momento muy crítico, peor de lo que la gente piensa, porque hay un esfuerzo para hacer un relato de una nación de naciones que contradice a la Historia. España nunca ha sido una nación de naciones. España fundamentalmente ha sido una nación, y eso parece haberse olvidado. Hay una crisis de nación que alcanza a todo Occidente, hay un desorden social en todas las naciones europeas, pero en España lo que ha entrado en crisis es la nación.
¿Y cómo se puede potenciar ese sentimiento de identidad nacional?
Desde un cambio de actitud personal frente a la Historia y frente a la oración. Tenemos que estar más comprometidos más allá de los colores políticos, porque lo que no es posible es que haya una memoria histórica que trate de hacer una vendetta para que todos pensemos de la misma forma. La memoria es esencial y la Historia es esencial. Pero cuando asocias la memoria histórica y la memoria democrática estás intentando plantear una única visión de algo que no puede tener solo una visión. Eso es un error, es una manera de decir 'vamos a cambiar las conciencias de los españoles'. Y se requiere de un esfuerzo para que los españoles digan que ya está bien de tergiversación, ya está bien de que el relato pueda sobre la verdad. Y hay que saber no callarse y defender la Historia en común que tenemos los españoles.
Si no cambia la situación que está describiendo en España, ¿qué cree que sucederá?
Yo diagnóstico, no pronóstico. Vivimos una crisis de la verdad, una crisis de la Nación, una crisis determinada en su momento por la violencia y el terrorismo que marcó España en muchas facetas. Ahora hay una mentira que sustituye al crimen como un elemento determinante. Ahora vivimos una permanente mentira diciendo lo que no es España y ese es un mal camino. Y eso hay que saber contrarrestarlo y combatirlo, porque hay una mayoría de españoles que no está de acuerdo con la tergiversación y la mentira que preside muchas veces la política española.
¿Sigue pendiente de lo que sucede en el Parlamento Europeo?
Sigo con preocupación porque hoy el Parlamento Europeo está determinado por las crisis de las naciones europeas y está claro que muchas veces no ha sabido hacer una Unión Europea de los problemas de los europeos. Y hemos errado el tiro en muchas ocasiones y no nos hemos centrado en los tres o cuatro grandes problemas que tenemos los europeos. Y es evidente que la Unión tiene que tener un proyecto de regeneración para dedicarse a los problemas de verdad, que ya son bastante graves, en materia de inmigración, de seguridad, de defensa... que es el gran reto que tiene la Unión.
¿Qué valoración hace de los partidos políticos actualmente?
Hoy en día la política es un lugar inhóspito. Cuando yo estuve en política, claro que teníamos muchos adversarios, pero también había un reconocimiento social. Hoy no hay reconocimiento social para los políticos y es muy difícil que una persona valiosa se dedique a la vida pública. Hay un alejamiento completo de la vida pública y un desprestigio que nos debe preocupar a todos. No vamos a ninguna parte con el actual desprestigio que existe en la clase política.
¿Ese desprestigio nace de la sociedad o de los propios partidos?
Partimos de que hay una partitocracia exagerada. No hemos dejado resquicio a que haya una sociedad civil, y los partidos ocupan todo el espacio público y es un error. La partitocracia es negativa, y eso es un reto que tenemos no solo en España, sino en general en todas las sociedades occidentales y europeas. Occidente está viviendo una decadencia y una crisis. Yo creo que nuestra civilización tiene que tener un cierto sentido de la trascendencia, porque tú puedes ser católico o no católico, cristiano no cristiano, pero la civilización es la que estás tiene que tener un cierto sentido trascendencia. Hablamos mucho de economía, de sanidad... pero hablamos poco de la causa profunda de la crisis, que es la pérdida de referencias permanentes.