AÚN resonaban las voces de los personajes históricos de las visitas teatralizadas, cuando en la Plaza de la Villa se agrupaban gentes que asistían a la inauguración de otro acto isabelino de los programados, la exposición 'De my mano', una muestra con objetos y piezas que recuerdan a Isabel. En ella no hay piezas artísticas muy valiosas, de esas que en los centenarios acaparan las exposiciones oficiales. Pero sí hay emotividad y el recuerdo de nuestra Reina más universal en la villa de su infancia y formación, a la que siempre volvió porque en ella vivía su madre.
El alcalde, Vidal Galicia Jaramillo, procedió a la apertura de la exposición ante una nutrida representación de su Corporación, con Sonsoles Arroyo y Ana Roldán como responsables de Cultura y Turismo, respectivamente; representantes de la Asociación La Queda, con Fran Ramos, autor de la reproducción de la ropa isabelina y donante, el Fiel de la Cofradía de Las Angustias, como prestador, el Cronista Oficial de la Ciudad, Ricardo Guerra, también colaborador y prestador, o la técnico de Turismo Cristina Rueda, colaboradora.
El alcalde mostró la importancia de esta figura histórica para nuestra tierra y nuestra ciudad, por su aportación a la sociedad y por su señera aportación como humanista cristiana, el reinado que introdujo la modernidad a la sociedad castellana. Ana Roldán agradeció a los que han colaborado en esta realización que pretende recordar dignamente a nuestra reina universal en el Museo de la Historia de Arévalo.
El Cronista Oficial recordó la necesidad de restituir esta figura histórica, tan nuestra, y aquel acontecimiento que, ahora hace veinte años, se realizó al cumplir el V Centenario de la muerte de la reina, dándole continuidad a la presencia de Isabel. También intervino Mª Carmen Martín, historiadora y colaboradora de la exposición.
Entre el contenido destaca la colección de firmas de Isabel, de donde viene el nombre de la exposición; la reproducción de un traje isabelino; el facsímil del Testamento y Codicilo de Isabel, precursor de los derechos humanos; el 'estandarte de párvulos', un testimonio que recuerda la devoción de la reina a la Virgen de las Angustias; y los paneles que muestran cuatro momentos en la relación de Isabel con 'la mi villa de Arévalo', recuperados de aquella exposición de 2004.