Los agricultores y ganaderos abulenses siguen en pie de guerra. En esta ocasión la movilización no se ha producido en nuestra provincia, sino en Madrid, a las puertas del Ministerio de Agricultura, pero en ella no faltaron representantes del campo llegados desde Ávila. De la mano de varias organizaciones provinciales de Asaja, entre ellas la abulense, la protesta movilizó a alrededor de medio millar de personas que se desplazaron desde distintas localidades de la provincia, con autobuses y vehículos particulares saliendo desde la capital, Arévalo, El Barco de Ávila o Navarredonda de Gredos. Así lo señalaba poco antes de la movilización Joaquín Antonio Pino, presidente provincial de Asaja, quien apuntó que esta nueva tractorada, que también incluía la presencia de personas a pie, se enmarcaba en la grave crisis del campo y en las reclamaciones que llevan trasladando desde hace semanas al Gobierno, que «aunque dice que defiende al campo, está haciendo todo lo contrario», dijo.
Varias organizaciones como Asaja Ávila (también Asaja Badajoz, Madrid, Segovia y Tarragona) llevaban «tiempo reclamando a la organización nacional que organizara una gran protesta en Madrid», algo que no acababa de llegar y ante lo que decidieron «tomar la iniciativa». Tras esa «avanzadilla» materializada este jueves tres organizaciones representativas del campo, Asaja, COAG y UPA, han optado por convocar una gran marcha para el lunes 26 de febrero, coincidiendo con la reunión de los ministros de Agricultura de la UE, algo que Pino calificó de «primer éxito».
Hasta que eso llegue, los agricultores y ganaderos siguen trasladando sus reivindicaciones, las cuales volvieron a dejar plasmadas este jueves ante el Ministerio con el objetivo de que se adopten medidas para «darle aire a nuestro campo».
El presidente de Asaja Ávila y vicepresidente de Asaja Castilla y León denunció los «ataques» al sector desde el Gobierno, con acciones y declaraciones para «desincentivar el consumo de carne y de azúcar», «imposiciones en las tarifas eléctricas, blindaje del lobo o queriendo poner en marcha, antes de lo que pide la UE, el cuaderno digital de explotación».
Entre sus quejas no falta la denuncia por la cada vez más menguante rentabilidad de las explotaciones, que sigue "yendo a menos" y que está asfixiando a sus titulares. «La Ley de la Cadena Alimentaria no funciona y está permitiendo que el agricultor se arruine mientras que el consumidor está viendo cómo se duplica el precio de la cesta de la compra», algo que, aseguró, va a continuar «si seguimos con las mismas políticas». Joaquín Antonio Pino también lamentó los «costes de producción desorbitados por el pienso, la maquinaria o los suministros; todo el tema de la importación de productos desde países de fuera de la UE , a los que se les exige menos condiciones y generan una competencia desleal;la burocracia, que nos ahoga, o la PAC, para la que exigimos una revisión inmediata», trasladó.