Vox acogió el pasado sábado en su sede una conferencia sobre la memoria histórica en la que el presidente de la formación en Ávila, Juan Saborido, subrayó «la importancia de contar con una formación política como Vox para liderar la batalla cultural en defensa de los valores y principios que representan a la sociedad española».

Durante su intervención, Saborido agradeció la presencia de afiliados y simpatizantes y destacó el «papel esencial» de Vox como «única alternativa frente a las formas de hacer política del resto de partidos, afirmando que el partido continuará trabajando para garantizar la defensa de la identidad nacional y cultural de España».

Por su parte, el vicepresidente de Vox Ávila, David Sierra, criticó duramente las leyes de memoria histórica y memoria democrática, calificándolas como «herramientas diseñadas para dividir a los españoles y atacar los símbolos cristianos que forman parte del patrimonio cultural del país». Según Sierra, «dichas leyes, promovidas por gobiernos socialistas y con la complicidad del Partido Popular, han supuesto un gasto de cientos de millones de euros sin aportar beneficios reales a la sociedad». Asimismo, afirmó que «estas políticas no solo generan enfrentamiento entre los españoles, sino que también demuestran un desprecio por la historia común de la nación. Sierra concluyó advirtiendo que el partido popular, al unirse con estas medidas, está avanzando hacia su propia autodestrucción política».

Por otra parte el ponente invitado a esta conferencia fue Jesús García Conde, primer procurador de Vox en las Cortes de Catilla y León e impulsor de la iniciativa 'Cartas por el Valle' con el fin de salvar el Valle de los Caídos, el cual ofreció un exhaustivo análisis de las leyes de memoria histórica y democrática. Según apuntan desde Vox, García Conde señaló que «estas normativas no buscan fomentar la concordia entre los españoles, una concordia ya alcanzada hace décadas, sino que pretenden concluir el plan que personajes siniestros y totalitarios de nuestra historia, como Largo Caballero, tenían en mente hace más de 80 años: enfrentar a unos españoles contra otros y eliminar todo vestigio cristiano de España».