La Red Provincial de Círculos de Ávila celebró su décimo aniversario con sus militantes y simpatizantes en la capital, con presencia de responsables autonómicos.
Tras una década de encuentros, a la cita acudieron militantes y simpatizantes de Arévalo, Ávila, El Hornillo, La Adrada, Navaluenga, Navahondilla, Navas del Marqués, Pedro Bernardo, Piedrahita, Segovia y Sotillo de la Adrada, que estuvieron acompañados por los responsables regionales Juan Carlos García Hernández, responsable de Juventud, Fernando Barrio, secretario de Organización Autonómica, y Sara Blanco, responsable de Feminismos en la Comunidad.
En sus intervenciones, Fernando Barrio recordó la movilización que sindicatos y partidos de izquierda promueven para el 10 de febrero en Valladolid, «contra las políticas reaccionarias del gobierno de la Junta» e hizo un llamamiento a la movilización respecto a las elecciones europeas de junio. Por su parte, Sara Blanco subrayó «la dificultad de hacer política en general, pero, aún más, los obstáculos para quienes hacen política en Castilla y León bajo la bandera de Podemos y con el feminismo como principio esencial». A su vez, Juan Carlos García recalcó el apoyo ofrecido, desde el nivel autonómico, respecto a la acción local e invitó a los asistentes a participar en la denuncia de los problemas municipales más patentes, «como las cuestiones relativas a la gestión del agua, la cultura en el ámbito rural o el transporte». En este sentido, invitó a liderar propuestas como la de la bonificación al servicio del taxi en el ámbito agrario.
Del lado de los responsables provinciales, tomó la palabra Rebeca Acevedo, que insistió en «la dificultad especial de hacer política en los pueblos desde Podemos, más aún con la guerra mediática a la que se somete a esta formación». También hablaron Fernando San Pedro, enlace con el Consejo Ciudadano Autonómico y coordinador de la Red de Círculos de la provincia;y Javier Jara, portavoz del Círculo del Valle del Tiétar y responsable de finanzas de la Red, para finalizar, que destacó el relativamente alto número de inscritos como militantes de la provincia (300 sobre una población de 160.000 personas), a pesar de vivir en un territorio tan poco proclive a esta formación.